N° 121: Captar a una víctima de trata de personas cuesta menos de un nuevo sol en el Perú


“SE NECESITA chica de 12 a 15 años para mandados y una chica para trabajo doméstico, buen sueldo, trato familiar” se lee en anuncios de trabajo pegados en bodegas, mercados y paneles en Sicuani y Urcos en el Cusco, tablones ubicados en la misma plaza de Huánuco, Huancayo, San Martín; en el mercado de Ceres en el distrito de Ate, Lima; es decir, los vemos en los espacios públicos y calles a nivel nacional.

Una hora después una adolescente pasará una entrevista de trabajo en una chicharronería, pollería o la habitación de un hotel, firmará un documento hecho a mano y probablemente reciba un adelanto de dinero de la contratista antes de embarcarse ilusionada en un bus que la llevará al infierno de una asentamiento minero o un local nocturno donde será obligada a atender sexualmente a más de un parroquiano. Ese será el costo de la búsqueda de un empleo en un mercado de ofertas laborales cada vez más informal.

De acuerdo a las cifras oficiales del Sistema de Registro Estadístico del delito de Trata de Personas y Afines-RETA PNP, 7 de cada 10 víctimas de trata han sido captadas mediante una falsa oferta de trabajo. En nuestro país las víctimas no consultan las páginas dominicales que ofertan empleos, generalmente calificados, sino por el contrario acuden a mercados, bodegas, ferias o simplemente se informan por anuncios de cinco soles que nadie verifica ni cerciora su credibilidad.

En un país con población mayoritariamente joven y con poca calificación educativa, el costo de la oportunidad de conseguir un empleo se convierte en una ruleta, a veces se gana y otras lamentablemente se pierde.

Informalidad en las ofertas de empleo

Un estudio realizado por CHS Alternativo en 9 mercados de los distritos de Los Olivos, Independencia, Rimac, Chorrillos, Villa el Salvador y San Juan de Miraflores en Lima, con una muestra de 200 ofertas de trabajo informal, confirma lo que señalamos y enciende una alerta:

• 52,5% de las ofertas están dirigidas a mujeres, mientras que sólo el 25,6% se dirigen a hombres;
• 43%  no señala el lugar de trabajo, solamente un teléfono al cual contactar;
• 72% no solicitan requisitos a los postulantes; y,
• 83% no señalan el nombre del empleador.

Dado que en la mayoría de estos anuncios no se solicitan requisitos ni se indica un rango de edad para el trabajo, hombres, mujeres y adolescentes pueden acudir a los lugares indicados  para buscar empleo, sin saber a dónde van, qué tipo de trabajo les espera,  o  quién es el empleador, convirtiéndose en potenciales víctimas de trata de personas.

Responsabilidad municipal

En Lima, la mayor parte de ofertas del estudio se encontraban en mercados. Al respecto la Ley 28976 “Ley Marco de Licencia de Funcionamiento”, establece con claridad la obligación de los gobiernos locales de verificar que los establecimientos con licencia no exceden el giro para el cual se les otorgó dicha autorización. Es decir un mercado de abastos no es por definición y naturaleza una “agencia de empleo” o cuando menos “intermediadora de empleo”.

Se requiere por lo tanto mayor sensibilidad de los gobiernos locales para prevenir situaciones como la descrita y CONTROL en el cumplimiento del giro de la actividad económica.

El costo por colocar una oferta de trabajo en un panel es menos que 1 nuevo sol. El costo por rescatar y  rehabilitar a una víctima o procesar a un tratante es cientos o miles de veces mayor al señalado. Vale la pena entonces exigir que las municipalidades aborden este tema.

Es necesario también que el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo difunda más los servicios de las Ventanillas Únicas de Empleo y que éstas lleguen a los lugares más alejados del país. Ahí donde muchas veces el Estado tiene mínima presencia es donde los tratantes aprovechan las condiciones favorables para hacer de la trata de personas un negocio cada vez más rentable.

 

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