… Y líbranos del mal, por Ricardo Valdés


El último informe especial del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) sobre seguridad ciudadana evalúa como mala o muy mala la gestión del presidente Martín Vizcarra en la lucha contra la delincuencia (52%). Es, de hecho, el aspecto peor evaluado, por encima de los servicios de salud (47%), el desarrollo del empleo (41%) y los programas sociales (39%), por citar solo los cuatro primeros rubros de peor evaluación.

¿Puede explicar esta situación la sostenida caída de la popularidad del presidente?

Podría ser un importante factor. Desde inicios del 2018 se frenó el descenso de la victimización (el número de personas víctimas de algún delito), para iniciar una tendencia de ascenso, lento pero persistente, hasta marzo del 2019. Es decir, según el INEI, durante los últimos meses, más de 220 mil personas han sido víctimas de un delito con relación a diciembre del 2017, considerando solo a la población mayor de 15 años.

La información es contundente y las cifras demandan del Ejecutivo más atención y una preocupación mayor. ¿Qué se puede hacer? Presento algunas ideas que dejamos en marcha en enero del 2018, y que fueron, poco a poco, desactivadas. Sin embargo, pueden retomarse y aprovechar lo avanzado, en favor de la ciudadanía.

1. El alquiler de mil patrulleros básicos, bajo el formato de renting, para garantizar el mantenimiento permanente y la sustitución inmediata del vehículo en caso de siniestro. El proyecto se denominaba El Patrullero de mi Barrio, con vehículos medianos al igual que la policía europea. Ello aumentaría la presencia policial en las calles más peligrosas. Quedó en proceso de adjudicación, pero fue desactivado durante la actual gestión presidencial. Por cierto, dejamos un sistema que permitía saber el recorrido de cada patrullero, horas de patrullaje y consumo de combustible. Lo dejaron de usar.

2. El C4, o la automatización y potenciación del 105, integrando las cámaras de Lima Metropolitana, con crecimiento a nivel nacional. Desde este centro de control, comunicación, cómputo y comando inteligente (C4) también se monitorearía a los bomberos, a las unidades policiales, el servicio de ambulancias (SAMU), control de grilletes electrónicos, etc. La capacidad de reacción ante un delito hubiese sido exponencial.

El proyecto quedó preaprobado con un crédito de US$50 millones expandible por parte del Banco CAF y quedaría instalado en la sede del Ministerio del Interior (Mininter) mudando oficinas administrativas a otro edificio. El C4 ya debiera haberse inaugurado, pero fue dejado de lado en el segundo trimestre del 2018. Debe retomarse.

3. Barrio Seguro. Este proyecto liderado desde el Mininter es en realidad un proyecto integral. Implica el reconocimiento de que la seguridad ciudadana es un problema también de opciones laborales, de educación, de obras e infraestructura pública, de salud física y mental, etc. El proyecto se manejó con mentalidad policial y se perdió la urgencia política de trabajar con los barrios que concentraban la mayor cantidad de población penal, victimización y homicidios, es decir, las zonas rojas. Ahora hay un tibio interés en retomarlo.

4. La automatización y supervisión de las comisarías. Igualmente quedó listo para su adjudicación el renting del servicio de Internet y dotación de computadoras de última generación. El proyecto incluía el mantenimiento y la actualización tecnológica de los equipos en Lima y las capitales de las regiones. El proyecto fue paralizado por la policía, al igual que los “auxiliares de policía” que permitían liberar a los efectivos de las tareas administrativas. El equipo civil a cargo de la supervisión de las comisarías y de la calidad de la atención en ellas, fue desmantelado y cesado. Estimo que estos procesos podrían retomarse.

Muchas otras ideas se pusieron en marcha, pero fueron interrumpidas, como la creación de nuevas comisarías, de centros de criminología, de redes de comunicaciones, entre otros, todo a través de obras por impuestos (OxI) con implementación transparente, por gestión privada, hasta su entrega a la policía.

Si se retoman y ponen en marcha, para empezar, los proyectos enumerados, la seguridad mejoraría y la ciudadanía no tendría que rezar el padre nuestro cada vez que circula por la ciudad.

…Y líbranos del mal. ¡Amén!

Foto: El Comercio

Nota original publicada en El Comercio

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