N° 280: INVESTIGADORA PATRICIA ZÁRATE: “EN LOS TRES ÚLTIMOS AÑOS, AUMENTÓ EN 10 PUNTOS EL DESCONOCIMIENTO DE LO QUE ES EL TRABAJO FORZOSO”


Patricia Zárate es socióloga, investigadora principal y jefa de Estudios de Opinión del Instituto de Estudios Peruanos (IEP). Es especialista en metodología en ciencias sociales. Ha dirigido encuestas nacionales sobre democracia, descentralización, cultura política, gobiernos locales y ha asesorado a diferentes instituciones para estudios cuantitativos.

  • El Instituto de Estudios Peruanos, por encargo de CHS Alternativo, ha realizado una encuesta sobre trabajo forzoso. ¿Nos podría comentar los principales resultados de este estudio?

Quisiera comenzar por la parte metodológica, para explicar el proceso de la encuesta, ya que es diferente a encuestas anteriores. Se ha hecho a través de entrevistas telefónicas, con una metodología que nosotros hemos incorporado desde hace algún tiempo, tras probarla y validarla con diversos estudios académicos y de opinión pública. La ventaja es que la encuesta se hace a través del celular y eso nos permite llegar a zonas donde antes no llegábamos porque resultaría muy costoso; por ejemplo, hacer una encuesta en Datem del Marañón o irnos hasta el distrito de Tapuc, en Pasco. Eso es solo para dar una idea de la dispersión que tiene la muestra. Tener esa dispersión hace la muestra más potente, porque llegamos a 431 distritos. Sin embargo, cuando uno hace encuestas más centradas en las ciudades, en las capitales o en las provincias más conocidas, obviamente va a tener una población más urbana o quizá más informada, pero una muestra telefónica dispersa refleja un poco más lo que sucede en el país.

  • Podríamos decir entonces que la muestra es representativa y nos da una mejor idea de cómo perciben los peruanos el trabajo forzoso.

Sí, se ha abarcado 431 distritos. Son 1 206 casos en 152 provincias de todos los departamentos del país, y en el Perú no hay más de 200 provincias, es decir que llegamos a muchos lugares. Una muestra es mucho mejor cuando está más dispersa, y es muy difícil hacer encuestas de este tipo, pero de manera telefónica, ahora que la llegada del celular es más amplia, se facilita el trabajo y se puede llegar a casi todo el país.

  • Tras los resultados, ¿qué es lo que más les ha llamado la atención de la encuesta?

Ya hablando de los resultados de la encuesta y los hallazgos que se han encontrado nos ha llamado la atención que seis de cada diez personas dicen que saben lo que es el trabajo forzoso, pero sólo 46% de ellas señala la definición correcta. Aunque no parece tan malo realmente, porque hay otros temas en los cuales el desconocimiento es mucho más alto, por ejemplo, solo 20% sabe el número de congresistas. Con esto quiero decir que hay cierta idea sobre lo que es el trabajo forzoso y, aunque algunos lo confunden con trata, hay una preocupación; a todo el mundo le indigna este tema y se puede inferir también que concita un interés mayor que la política.

  • Sin embargo, la encuesta también revela que hay mucho desconocimiento en este tema.

Sí, también hay desconocimiento. Como siempre, en los sectores más altos hay mayor conocimiento y en los sectores más bajos no tanto. Entre las personas mayores también, hay más conocimiento que entre los jóvenes.

  • En los resultados se habla de un 14% de personas que asegura que alguna vez podría haber sido víctima de trabajo forzoso. ¿Es una cifra preocupante?

El porcentaje es muy similar al 17% que respondió que podría haber sido víctima de trabajo forzoso en el 2019, cuando realizamos la primera encuesta sobre este tema por encargo de CHS Alternativo. Las cifras solo varían en 3%, pero el margen de error es mucho más alto. Entonces, no veo mucha diferencia. Sin embargo, es un tema preocupante, porque, aunque las personas no necesariamente saben lo que es trabajo forzoso, admiten que ha sucedido o que ha pasado por esa situación y eso me parece importante, sobre todo teniendo en cuenta que fuera de Lima se incrementa más. Este es un tema que da mucho para explorar, para determinar si es minería ilegal u otras actividades ilegales.

  • Usted se ha referido a la encuesta de trabajo forzoso de 2019. En relación a ella ¿considera que en el estudio de 2022 ha mejorado la apreciación de la gente sobre dónde puede ir a denunciar estos casos?

Sí. Acá debo explicar que hay una diferencia metodológica entre ambas encuestas, pues en la actual, a diferencia de 2019, se pregunta de manera espontánea y no se da alternativas a las personas, sino que inmediatamente estas pueden dar una respuesta sobre la institución a la que pueden ir para quejarse o para ver si se puede atender este tema. En 2019 uno de los sitios principales que aparecía para quejarse era la Demuna, que congregaba el 23% de respuestas, pero ahora solo registra un 1%; eso es bueno, porque la Demuna era el único sitio que las personas conocían para quejarse, pero la gente ya va dándose cuenta que hay otras instituciones que los pueden atender. Otro tema que es relevante es la Defensoría del Pueblo, que es una institución a la que la gente también está reconociendo como un sitio para ser protegido.

  • Aunque usted ha explicado que metodológicamente las encuestas de 2019 y 2022 no son iguales y hay aspectos que no se pueden comparar, quizá sí nos puede dar una idea de la evolución del trabajo forzoso en los últimos tres años.

Con respecto al 2019, vemos que donde hay diferencias es en las instituciones que luchan o donde uno se puede quejar de un tema de trabajo forzoso, que es justo lo que explicamos antes. El otro tema es que en 2022 hay un poco menos de conocimiento que en 2019 sobre qué es trabajo forzoso, sobre todo fuera de Lima, en la sierra y en la selva, que son lugares donde se piensa que esta problemática es algo frecuente, lo cual también es muy preocupante.

  • De hecho, la pandemia ha sido un factor que desencadenó más casos de trabajo en informalidad. ¿Esto podría haber generado más situaciones de trabajo forzoso?

Sí, pero acá es básicamente mi opinión. Creo que podemos pensar que eso sucede, pues hemos visto en redes, o de otra manera, denuncias de gente que desaparece y que podrían estar en trata o en trabajo forzoso. Sin embargo, no tenemos una medida y no hay una data dura que realmente mida esta situación.

  • Sin duda el estudio es uno de los pocos que se ha hecho en esta temática. ¿Qué uso cree que el Estado debería dar a herramientas como esta?

Acá retomo la pregunta que me hiciste hace un momento, porque efectivamente, aunque la metodología es diferente, en los tres últimos años hay 10 puntos más de desconocimiento de lo que es el trabajo forzoso. Entonces sí creo que el estudio puede servir para implementar campañas más focalizadas en aquellas zonas donde se identifique la problemática y donde haya juventud vulnerable. Las campañas deben ser efectivas para que la ciudadanía sepa qué hacer y a dónde ir, o dónde denunciar de manera anónima, tanto si es víctima como si es testigo de algo parecido. Además, se debe informar sobre lo que significa el trabajo forzoso, porque a lo mejor las personas piensan que no es tan forzoso porque, por lo menos, están recibiendo algo, o sienten que están accediendo a un sitio donde dormir aunque pierdan su libertad. Creo que estos son temas que hay que hacerlos públicos, hay que hablar al respecto, tal como ustedes lo están haciendo en alianza con RPP. Hay que dar a este tema la difusión necesaria para que se conozca más y que la gente que haya sido víctima lo denuncie. Si salió de esa trampa, puede ayudar a otra gente que puede estar en esa situación. Ese es el círculo que todos quisiéramos romper.

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