Secuestro con presunto fin para explotación sexual de menores
Hace más 4 meses que Alcides Geovanny Aguilar Solórzano (45), de nacionalidad ecuatoriana, secuestró a la menor peruana de iniciales A.I.M.M. (13) por el presunto delito de trata de personas con fines de explotación sexual.
El calvario por el que pasa la familia de la niña, se inició el sábado 9 de agosto a las 10:00 am, cuando Aguilar Solórzano ingresó abruptamente a la vivienda de la menor en Zarumilla – Tumbes, donde ella se encontraba con su hermano. Aguilar amenazó a los dos niños con un arma de fuego y procedió a raptar a la víctima.
Desesperada, la madre de la menor colocó una denuncia por desaparición en la comisaría de Zarumilla el mismo día de los hechos.
Mientras esperaba acciones por parte de los oficiales de Tumbes, la madre de la víctima visitó el puesto de control en la frontera para obtener información del paradero de su menor hija. Afortunadamente, el sistema de video de vigilancia del distrito de Aguas Verdes capturó el momento en que el hombre trasladaba a la menor hacia Ecuador en una motocicleta.
El pase de la menor por la frontera Perú – Ecuador se realizó sin el mínimo control de frontera, debido a que Aguilar Solórzano ya registraba denuncias en su contra por violencia familiar e impedimentos de salida de su país.
La PNP no cumplió con comunicar y derivar la denuncia de manera inmediata al fiscal penal de turno de la jurisdicción, como se establece en la ley, esto se hizo después de 15 días ante la queja realizada por la madre de la menor, en la Defensoría del Pueblo.
De acuerdo a testimonios recogidos, se ha visto a Aguilar Solórzano rondando en la provincia El Oro en Ecuador. Asimismo, los ex vecinos del acusado afirman que Aguilar se dedica a secuestrar a mujeres y niñas para explotarlas en el Ecuador. Hasta el momento, no se ha obtenido respuesta por parte de la fiscalía de Huaquillas en este país.
La madre de la víctima exige que las autoridades tanto en Perú como en Ecuador no dejen pasar más tiempo e inicien inmediatamente una búsqueda rigurosa de su hija, antes de que una nueva víctima sea captada por el denunciado.