N° 255: Rompiendo las cadenas


La trata de esclavos es uno de los episodios más trágicos y que mayores secuelas ha dejado en la historia de la humanidad.

Ni los adjetivos negativos más oscuros pueden mostrar a cabalidad lo que sintieron y sufrieron aquellos a quienes se les negó ser libres. En tal sentido, y con el fin de recordarlos, en 1997, la UNESCO declaró el 23 de agosto como el Día Internacional del Recuerdo de la Trata de Esclavos y de su Abolición . La fecha corresponde a una sublevación que se produjo en Santo Domingo, en 1791, que, a la postre, sería determinante para la abolición del comercio transatlántico de esclavos.

Aunque no se puede ubicar en un momento exacto el origen de la esclavitud, esta ya es mencionada en los tratados y documentos más antiguos de casi todas las culturas y regiones de todo el mundo. Los primeros esclavos africanos que llegaron a América lo hicieron a finales del siglo XV. En el caso del Perú, llegaron junto a los conquistadores en el siglo XVI.

Desde entonces, la trata de esclavos ha sido moneda corriente en el país. Las condiciones de su comercio daban cuenta de que el esclavo era tratado como un objeto, y al momento de pasar de un dueño a otro era revisado con el mismo cuidado que se hacía con los animales.

Entonces,la imagen del esclavo negro, con grilletes en los tobillos y condenado a una vida de sufrimientos, ha prevalecido y se ha instalado en el inconsciente colectivo. Se trata, sin duda, de una imagen real e histórica, pero no es la única; algunos historiadores encuentran que en el mundo de la esclavitud, si bien gran número de esclavos fueron tratados salvajemente, algunos pudieron vivir, considerando el contexto, bajo niveles menores de rigurosidad.

Sin embargo, la esclavitud como tal siempre es y será condenable.    Pero, entonces, ¿cómo la humanidad pudo convivir tanto tiempo con una realidad que hoy nos parece tan humillante? A los ojos de una persona de estos tiempos, la esclavitud no tiene gradaciones ni justificaciones. Sin embargo, durante muchos años seguramente demasiados- la esclavitud era socialmente aceptada. Tan aceptada valga el salto temporal- como todavía es hoy el trato esclavizador que reciben, por ejemplo, muchas  empleadas del hogar, víctimas de trata de personas, llamada, con toda razón, la esclavitud del siglo XXI.

La trata de personas es un grave delito que puede ser penado hasta con 35 años de cárcel. Hoy que recordamos con horror e indignación que en el pasado seres humanos han sido comercializados y tratados como objetos, tengamos conciencia que la trata de personas una forma de esclavitud- ocurre ahora, en estos momentos, mientras usted está leyendo estas líneas.

Que el Día Internacional del Recuerdo de la Trata de Esclavos y de su Abolición sirva no solo para recordar a quienes padecieron de esta realidad, sino, sobre todo, para recordarnos que está en nuestras manos que haya menos  víctimas en el futuro: hay que denunciar cualquier posible caso de trata de personas. La línea 1818 es gratuita y anónima.

 

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