Nº 296 | MABEL HUERTAS: “LAS VÍCTIMAS DE TRATA NO PUEDEN VOLTEAR LA PÁGINA HASTA QUE NO ENCUENTREN JUSTICIA”


Mabel Huertas es periodista desde hace más de 25 años. Ha trabajado en importantes medios de comunicación, como El Comercio, el Grupo RPP y Frecuencia Latina.  Además, hace consultorías de análisis político desde el Grupo 50+Uno.

¿Cómo fue tu experiencia de participar en un documental de trata de personas? ¿Es la primera vez que has tenido un contacto directo con víctimas de este delito?

He leído mucho sobre este tema, de hecho conozco la labor que realiza CHS Alternativo desde hace muchísimo tiempo, porque tenía mucho interés por las personas desaparecidas. A través de ellos conocí las fallas que tiene el Estado y los operadores de justicia en su trabajo para dar con el rastro de estas personas; pero sí, efectivamente, es la primera vez que escucho testimonios, de primera mano, de personas valientes que han querido contar su caso, sobre todo para que esto no suceda más y para visibilizar el delito y lo terrible y tremendo que puede ser, porque lo que ataca en principio es la dignidad del ser humano. Lo que yo he escuchado en esas entrevistas, gracias a la oportunidad que me dio CHS Alternativo, la verdad es que marca un antes y un después en mis conocimientos, en mi carrera y en las vivencias profesionales.

¿Cómo te preparaste para abordar este desafío? Porque no es nada fácil lidiar con víctimas y evitar una revictimización.

Los periodistas hoy en día hemos aprendido mucho a hablar con víctimas. Antes el periodismo y el periodista eran muy sensacionalistas y tratábamos a las víctimas, precisamente así, revictimizándolas; con el tiempo hemos aprendido cómo tratar los casos de violencia familiar, cómo tratar los casos de violencia contra la mujer, digamos que tenemos más herramientas para ser más empáticos, más sensibles, pero sobre todo para levantar la información de una manera respetuosa. Lo que no queremos es regodearnos en ese detalle morboso, en el drama que le hace daño a la persona que lo está contando, pero que más allá del impacto mediático, no va a lograr absolutamente nada. En este caso lo que uno quiere es sensibilizar a los tomadores de decisiones, sensibilizar a los múltiples actores, y para eso hay que conocer las historias.

¿Cómo hiciste en este caso?

Hay varias investigaciones importantes que se han hecho desde CHS Alternativo y tuve la oportunidad de leerlas, para entender un poco los antecedentes del delito. Pero sobre todo a mí me interesaba mucho poder conectar con las víctimas, y digamos que en una entrevista de primera entrada no lo íbamos a hacer. Por eso, primero tuvimos como una ronda muy personal, muy privada, en donde nos conocimos, no era como una pre entrevista propiamente, sino básicamente encontrar esa conexión de personas, de seres humanos, de mujeres, para ya luego tener un poco más de confianza y pasar a la segunda etapa, que era la entrevista en sí para el documental. CHS Alternativo tuvo mucho cuidado y me dio recomendaciones. Sin embargo, en el momento de la entrevista pensaba ¿hasta dónde llego? ¿Pregunto más?, o inclusive ¿qué cara pongo cuando pregunto ciertas cosas?, porque me tocaba el alma, pero tampoco podía hacerla de llorona o ser un robot. Son la verdad entrevistas muy difíciles, porque tenemos que entender el contexto, el respeto y el objetivo de lo que uno quiere lograr.

En alguna parte del documental comentaste que una de tus hijas tenía la edad de una de las víctimas en el momento en el que fue captada, ¿en algún momento sentiste esta realidad más cerca?

Mira, uno piensa que a uno nunca le va a pasar y que solamente le puede pasar esto a familias humildes, y es cierto, son la población más vulnerable, pero creo que esto no se debe ver como un caso ajeno que sucede a la distancia, esto sucede todos los días, e impacta social y económicamente. Pensemos en la economía y cómo esta gran economía ilegal termina afectando el desarrollo del país. No solamente es cómo se atenta contra la dignidad humana, cómo te roban tu condición de ser humano o los traumas y las secuelas que eso te puede dejar, alrededor de la trata de personas hay un gran movimiento de dinero y una serie de delitos que precisamente se dan en lugares donde el Estado lamentablemente falla.

Trailer del documental Buscando Justicia. Facebook CHS Alternativo

¿Consideras que este documental refleja lo que está ocurriendo con las víctimas de trata de personas en su búsqueda de justicia?

Al conversar con las víctimas de este delito yo he podido sentir la frustración, el desencanto. Inclusive llega un momento en que las víctimas dicen, bueno, no confío, sigo mi propio camino, o ¿para qué voy a enfrentar esta situación si el mismo Estado me va a dar la espalda? En ese sentido, yo creo que estas chicas quieren dejar algo sumamente claro, que la página no puede ser volteada hasta que no encuentren justicia, y que se necesita que todos los actores, no solamente los operadores de justicia, sino también los ciudadanos, estemos sensibilizados y conozcamos más para que se genere una opinión pública y una presión sobre cualquier persona que deba tomar decisión para dar más recursos y profesionalizar a los operadores de justicia. En un país donde la justicia tarda, pues no hay justicia, y lamentablemente los más vulnerables son los que terminan pagando un poco los platos rotos de esta ineficiencia, lo que es sumamente injusto.

Desde tu experiencia en el periodismo, y también como analista política, ¿cómo percibes el estado situacional de los delitos de explotación humana y los esfuerzos que se realizan desde el Estado para combatirlos?

Pienso que organizaciones como CHS Alternativo han hecho mucho desde el momento en que han logrado que estemos hablando de este tema. La trata de personas es algo que ya está en nuestro lenguaje, en nuestra noción, hasta hace poco eso no pasaba, y eso es un paso importante. Pero creo que estructuralmente la trata de personas está, de alguna u otra manera, ligada a la cultura machista que hay en nuestro país. Y lo digo así porque la mayoría de víctimas de trata son mujeres, niñas, jovencitas. Entonces hay un asunto estructural ahí, que se mezcla nuevamente con la ineficiencia. Además, todavía nos falta muchísimo en la capacitación del primer operador de justicia, que es el policía. Actualmente no hay confianza en la policía, no hay suficiente personal, no hay preparación, y de ahí ya vamos escalando a temas de presupuesto, de desorganización, de crisis política, porque la constante crisis política en la que vive nuestro país, los constantes cambios en las cabezas del Ministerio del Interior, obviamente afectan cualquier planificación que se pueda hacer.

¿Qué consideras que debería ser lo primordial para mejorar en los servicios de atención a las víctimas en el proceso de búsqueda de la justicia?

Algo que he encontrado y que es para mí sumamente valioso es el papel del Estado en las casas de acogida. La labor, una vez que rescatan a estas muchachas y las llevan a estos lugares, es sumamente importante. Estamos hablando de víctimas especiales, víctimas muy particulares con las que el trato tiene que ser muy profesional. Se necesitan mayores recursos con mejores profesionales y más capacitados para que estas chicas resocialicen y puedan regresar a esta sociedad imperfecta, pero con herramientas y capacidades que les permitan sobrevivir.

También hace falta trabajar en el acceso a la justicia, porque a veces las víctimas, por la excesiva carga procesal, pasan después de cinco años por la Cámara Gesell. Imagínate cuántos años pueden pasar y qué justicia se puede encontrar ya después de tanto tiempo. Hay tantas víctimas de tantos delitos que buscan justicia y que no encuentran esa agilidad y terminan tirando la toalla, porque finalmente no solamente es la revictimización, sino el tiempo y el desgaste. Osea, al final los victimarios ganan por cansancio, porque la víctima se cansa de buscar justicia en este país.

¿Consideras que el documental puede contribuir al cambio social y la mejora en la atención de las víctimas?

Yo creo que es una excelente manera, muy respetuosa por cierto y al mismo tiempo muy impactante, de ponerse en los zapatos de las víctimas. El documental no puede dejar de generarte algo, no puedes dejar de sentir, de tener ciertos sentimientos, cierta frustración cuando las escuchas, cuando ves sus historias. Y eso es importante porque todos tenemos que entender la magnitud del delito, que es algo que todavía nos falta entender como sociedad. Podemos hablar de los robos, de los secuestros, de las extorsiones, pero la trata de personas es un delito del que todos debemos ser conscientes.

¿Desde el periodismo cómo se puede aportar a la búsqueda de justicia y reintegración de las víctimas de los delitos de trata de personas?

Los periodistas pueden ser grandes aliados para visibilizar este delito. Todas las comunidades deben tener conocimiento de cómo se está presentando el delito y cómo están captando a las víctimas, tenemos que dar más información al respecto. Para la búsqueda de justicia tenemos que denunciar y tenemos que ser ese brazo aliado de los ciudadanos para denunciar injusticias. La trata de personas es muy fuerte, es denigrante, es humillante, y creo que debemos comenzar a hablar más de ello.

 

Sobre la investigación:

«Buscando Justicia: Trata de personas, violencia y explotación: 40 testimonios» es una investigación que reune los testimonios de víctimas  de trata de personas y algunos de sus familiares. A lo largo de sus páginas, las sobrevivientes de este delito visibilizan, a través de su testimonio, el duro proceso que enfrentan en la búsqueda de justicia, reparación y reintegración social.

La investigación puede leerse aquí

 

 

 

 

 

 

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