Nº 302 | YAEL VALDÉS: DECIR LOS VENEZOLANOS «VIENEN A DELINQUIR» ES UNA GENERALIZACIÓN; ESO ES XENOFOBIA, NO LA REALIDAD


Foto: La República

Perú es el segundo país de la región con más migrantes venezolanos, un grupo de la población que en el Perú está enfrentando rechazo y discriminación, lo que dificulta su integración. En esta entrevista, Yael Valdés Querol, médico psiquiatra y terapeuta, profundiza sobre la salud mental de los migrantes y las comunidades de acogida.

El Perú está viviendo un fenómeno creciente de migración venezolana y, tras los resultados de las últimas elecciones en ese país, esta tiene la proyección de seguir creciendo. ¿Qué implica para una persona tomar la decisión de dejar todo para irse a un país desconocido y quizá hostil?

Varias cosas. Estamos hablando de ciertas fases por las cuales una persona tiene que pasar. La primera es una fase premigratoria, que es la evaluación del por qué se está yendo y a dónde, cuáles son los beneficios y la organización que eso va a implicar. Luego pasa por la migración en sí, que es el desplazamiento. Y finalmente una fase postmigratoria, que es la adaptación al nuevo espacio y donde se empiezan a presentar los problemas de salud mental.

¿Esto se relaciona con el llamado “duelo migratorio”? ¿qué significa esto?

El duelo es un proceso natural por el que pasan la mayoría de las personas luego de perder algo o alguien importante. Es normal y esperable. En el caso de los migrantes, ocurre cuando se pierde la expectativa de lo que se pensaba que iba a ser su vida y toca adaptarse a una ciudad, cultura o trabajo distinto, o el no estar con la familia. El problema es cuando este duelo dura más de lo esperable y las personas que están pasando por ello tienen factores de riesgo, como trastornos mentales previos, ser menor de edad, tener problemas económicos o el migrar de manera no planificada, viniendo de un contexto político complejo y sin tener recursos para desarrollarse. Todo esto le está pasando a la población venezolana que está llegando a nuestro país.

La crisis de inseguridad que vive el Perú, en la que las organizaciones criminales cada vez ganan más terreno y lamentablemente tienen entre sus filas a algunos migrantes, está generando estereotipos y generalizaciones ¿cómo impacta psicológicamente esta situación en los migrantes?

Impacta generando barreras de adaptación al nuevo país. Estas personas pueden sufrir problemas de salud mental y ser más vulnerables, con riesgo de ser captadas como víctimas de trata o a caer en conductas delictivas por la necesidad de tener ingresos. Yo diría que estamos en un contexto de xenofobia hacia esta población.

¿Por qué se está llegando a la xenofobia?

La xenofobia es la discriminación basada en la nacionalidad de las personas. Y en Perú actualmente hay una generalización de que los migrantes de nacionalidad venezolana son criminales o vienen a destruir el país, a complicar la situación laboral o a quitar el trabajo.  Estos son comentarios que no solo vienen de personas, sino que también salen en los medios de comunicación. Lo que se consume en el día a día es información basada en discriminación por la nacionalidad de las personas. Entonces, estamos en un país donde la población venezolana es víctima de xenofobia.

¿Considera que desde el Ejecutivo también se está impulsando la xenofobia y aumentando la vulnerabilidad de esta población?

Yo creería que sí. Y creo que es importante mencionar que los migrantes no son un grupo homogéneo. Los seres humanos en general no somos homogéneos. Por ende, tampoco sus factores de vulnerabilidad, necesidades sociales o resiliencia, y mucho menos sus conductas delictivas. Decir que todas las personas venezolanas vienen a ejercer violencia y a delinquir es una generalización; eso es xenofobia, no la realidad.

¿La discriminación y la sexualización de la población migrante podrían aumentar el riesgo de ser potenciales víctimas de otros delitos, como la trata de personas?

Sí. Y no es solamente la discriminación y la sexualización. Esto parte de las barreras de las que hablábamos. La dificultad de encontrar estabilidad, trabajo y una posición económica que les ayude con sus necesidades básicas estando en un país y una realidad que desconocen los hace doblemente vulnerables.

¿Cree que el Estado peruano cuenta con políticas adecuadas de atención en salud mental para la población migrante?

Todas las personas en el país tienen la posibilidad de acceder al Seguro Integral de Salud (SIS) y con ello a la atención en salud mental. El problema es que para tener SIS tienes que tener un carnet de extranjería y el trámite entre tener este documento y cumplir con los requisitos que solicita el Estado toma tiempo. En ese proceso hay personas cuya salud no está cubierta.

¿Cuáles serían los desafíos en salud mental del Estado para mejorar la atención de la población migrante?

Los desafíos en salud mental en el país son tan grandes que todavía no hay suficientes Centros de Salud Mental Comunitarios, no hay un presupuesto asignado y no hay una cantidad suficiente de psiquiatras. Mientras eso no se resuelva, va a ser bien difícil que además haya políticas que protejan a la población migrante. El escenario es adverso para todos y para la población migrante es más difícil.

¿Por qué sería importante abordar la salud mental de la población migrante?

Porque la población migrante finalmente es población peruana. Son personas con las que estamos conviviendo. Son parte de nuestro país. Si una persona en general, ya sea venezolana, peruana, china o alemana, con quien debemos convivir, tiene una salud mental no tratada, es propensa a desarrollar otros problemas que pueden terminar generando dificultades laborales, y eso no ayuda a la economía del país. También puede que por necesidades económicas una persona sea víctima de trata de personas o le empiecen a aflorar conductas violentas o delictivas. El no tratar la salud mental de la población con la que vivimos nos va a afectar directamente a nosotros.

¿Qué recomendaciones haría a las autoridades respecto a la atención en salud mental de la población migrante y las comunidades de acogida?

Buscar alternativas o estrategias para poder hacer también tamizajes y detecciones tempranas de problemas de salud mental y/o acompañamiento en los procesos de duelo migratorio. Que haya alguna alternativa provisional para que los migrantes puedan acceder a los sistemas de salud mental comunitarios que tenemos en el país.

Creo que lo más importante sería, también, informar más sobre salud mental y migración a la población en general y a los medios de comunicación para poder ayudar a disminuir la desinformación que se está generando, que está contribuyendo a la xenofobia y que está dificultando la adaptación de esta población.

¿Qué recomendaciones podríamos darle a la comunidad de acogida respecto a estos discursos que estamos recibiendo?

En primer lugar, que ningún tipo de violencia se soluciona con violencia. Si eso es lo que estamos viendo y reaccionamos de la misma manera estamos echando más leña al fuego. Lo segundo es informarse. Creo que hay una tendencia a consumir información muy rápida sin investigar un poco más.

La empatía y pensar en lo que necesitamos todos como seres humanos son importantes. Podemos respondernos: ¿Qué necesitamos los seres humanos para vivir con tranquilidad y en calma? ¿Cuáles son nuestros factores de vulnerabilidad? ¿Cuáles son las necesidades que tenemos para el día a día? Y pensar que estas son personas que vienen de dejarlo absolutamente todo para tratar de volver a construir lo que nosotros ya tenemos construido. Yo creo que, si con eso no podemos sentir un poco de empatía o intentar conocerlos, entonces el problema estructural está en nuestra sociedad, no en los migrantes.

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