N° 222: Entrevisa a Jhinna Pinchi


Hace algunos años (2014), para la publicación “Testimonios de las Sobrevivientes de Trata de Personas”, publicado por CHS Alternativo y la Global Alliance Against Traffic in Women (GAATW) contestaste algunas preguntas sobre el trabajo del Estado sobre tu caso. En ese momento, ¿cómo sentiste el trato  de  los funcionarios del Estado después de haber pasado por una situación de trata de personas en esos años?

A veces hay funcionarios u otras personas en cargos altos en sus trabajos que tienen a mostrar un lado discriminador. A veces una se siente juzgada porque dicen “ah, mira, esa persona ha estado en un prostíbulo o en un night club” o “esa persona ha estado en la calle por explotación sexual, pero dudo mucho que cambie porque seguro le gusta la vida fácil”. Aunque quienes discriminan o humillan, no son solo funcionarios del Estado, también personas extrañas que se enteran de mi pasado y en otros momentos hasta miembros de mi familia.

A veces creo que esa reacción   se produce por falta de criterio o porque a nadie se le ocurre que a alguien de su familia le puede ocurrir una cosa como esa.

 

¿Te quedan insatisfacciones de este proceso?

No estuve conforme con el trato que recibí de parte de muchas entidades, tanto del Ministerio Público, como del Poder Judicial,  de las Casas Hogares, etc. No me fue fácil acceder a los servicios que el Estado debía darme, Era desesperante saber que si necesitaba contar con la asesoría de alguna asistenta social, no era posible porque se suponía que ella estaba trabajando en alguna otra localidad, a pesar de saber que había más asistentas sociales disponibles.

Las coordinaciones entre las entidades eran malas y esto causó que yo sea mal atendida, por ejemplo, en temas de salud en momentos de emergencia. El Ministerio Público me ofreció ser parte de un programa de protección, sin embargo se me pidió que entregue todos mis medios de comunicación, que no haga conexiones, que no llame por teléfono. Si mi familia quería visitarme, tenía que ser en una oficina, no podían ir a la casa hogar. El Poder Judicial me asignó a un abogado de oficio con el que solo me comunicaba telefónicamente. Y mi caso se dilataba cada vez más.

 

A partir de tu situación actual (2017), en balance, ¿cuál es tu percepción sobre la labor del Estado al trabajar en tu caso?

Bueno, mi caso aún no acaba, sigue en proceso. Pero a veces las instituciones manejan tantos casos que uno se desespera. Aunque se ha avanzado lo que se ha podido. Veo que en la actualidad las cosas han cambiado, han mejorado. Gracias a todo lo que se ha trabajado durante esos años, veo que se ha duplicado o hasta triplicado la mejoría.

 

¿Crees que el trato que se le está dando a tu caso, es positivo o negativo?

Creo que  50% positivo y 50% negativo.

 

¿Cómo te sientes hoy en día y cuánto de lo que has avanzado se debe al trabajo de, ya sea, el Estado, otras instituciones y/o a tu propio esfuerzo?

Bueno, independientemente de las instituciones, de lo que hayan hecho o no, los términos lo he dado yo. Y yo no me he quedado sin terminar las cosas, he continuado al mismo ritmo cómo debería haber avanzado con apoyo.

Ha sido un proceso a largo plazo, pero no me he quedado con los brazos cruzados, he podido avanzar realizando mis actividades, como cualquier persona que quieres salir adelante. Tenemos que hacernos multifacéticas y buscar realizar diversas actividades como polladas, anticuchadas, comidas. Así he logrado desarrollar mi herramienta de trabajo.

Muchas entidades prometen y no cumplen, pero no podemos estar esperando con los brazos cruzados. También nos toca avanzar. Gracias a Dios pude estar cerca de un círculo de gente que he ido conociendo y me han ayudado a lograrlo.

 

Cómo madre, ¿qué consejo podrías brindarle a otros padres y madres de familia para proteger a sus hijos?

Creo que deben estar más informados. Ahora que estoy más conectada a centros educativos, creo que aún falta reforzar ese campo de la información, hay mucho que los padres desconocen.

A veces en nuestras regiones hay cosas sobre las que tenemos que estar preparados y reforzar estos conocimientos en diversas entidades, lugares, caseríos, y demás lugares aparte de Lima, porque la captación suele darse en  esos lugares.

En temas de trata, la mayoría de niñas o mujeres son de caseríos o lugares lejanos.

 

¿quisieras compartir algún mensaje con otras mujeres que han pasado o están pasando por una situación similar a la que viviste tú?

El mensaje sería que se siga luchado contra todo esto. La trata de personas incluye el tema de violencia: hay explotación, hay maltrato. Es bien complejo y creo que a pesar de los obstáculos, hay que seguir.

Ellas tienen que sentir que todo esto es como un nuevo nacimiento, una nueva etapa en sus vidas y van a salir de todo eso, pero tienen que poner de su parte, tener paciencia -aunque a veces la paciencia se agote-. A veces perdemos la esperanza, pero todo esto va avanzando paso a paso. Hay resultado, acaba en algo positivo.

No se rindan. Tengan esperanza y tengan mucha fe, sí existe.

 

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