El 36% de la población peruana está conformada por niños, niñas y adolescentes (NNA), más de 10 millones de personas entre 0 a 17 años. Los NNA se encuentran en etapa de desarrollo físico y emocional, por lo mismo que necesitan medidas de protección especiales, que la sociedad en general y el derecho internacional se preocupa en garantizar.
Sin embargo, la realidad nos da otra información. Sólo en el RETA-PNP (Sistema de Registro Estadístico del Delito de Trata de Personas y Afines) se registra que casi el 40% de las víctimas de la TdP, son menores de 18 años, de los cuales el 90% son niñas y adolescentes mujeres. Por otro lado, el Observatorio de Criminalidad del Ministerio Público, registra 411 víctimas de 13 a 17 años, sólo en el año 2011, el 53.6% del total de víctimas de ese año.
Si bien estas cifras son alarmantes, no reflejan la dramática realidad que aqueja a miles de NNA y personas adultas en el Perú. En lo que lleva este año, el único sistema de registro oficial del país sobre casos de TdP está sin funcionar. Su utilidad se remitió tan sólo dos meses y una semana que se encontró sin los problemas del pago de internet, tal cual lo denunciamos en marzo, y ahora por falta de pago del mantenimiento y un router de 250 nuevos soles.
Es tan crítica la realidad de la TdP que este breve tiempo de funcionamiento bastó para que se registren 43 casos, con casi el 50% menor de 18 años. Nos preguntamos lo que se están dejando de registrar en estos más de cinco meses sin funcionamiento. Es algo inadmisible que la principal herramienta de investigación de uno de los delitos más execrables que existen hoy en día esté paralizado por la incapacidad e inoperancia de algunas autoridades.
No tener el sistema RETA significa aliarse con los criminales, significa poner más obstáculos a la lucha contra la TdP. Y en todo esto los más afectados son las poblaciones más vulnerables, como el caso de los NNA.
Por más que se hagan grandes esfuerzos para proteger a los NNA, como lo señala en la entrevista de esta edición la Directora General de NNA del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, los sistemas de justicia y atención no siempre lo hacen de forma adecuada. Y es que no se trata sólo de voluntad política, sino que la complejidad que somete a una situación donde la víctima es un NNA tiene necesidades especiales y representan desafíos adicionales frente a una situación de TdP adultas.
Los NNA se convierten en víctimas de la TdP, en muchas ocasiones, por las mismas razones que los adultos; sin embargo, tienen menos influencia sobre sus propias vidas, ya sea por una cuestión fisiológica, emocional o hasta económica, siendo más vulnerables a la explotación que los adultos.
Su estado de vulnerabilidad los puede convertir en víctimas de la TdP a cualquier edad, dependerá muchas veces de la forma de explotación a la que se verán sujetos. Los de mayor edad son, en su mayoría, utilizados para ser explotados sexualmente. Los de menor edad suelen ser convertidos en mendigos o son explotados como mano de obra en alguna actividad de riesgo.
Que más del 50% de víctimas de TdP en solo 365 días, sean menores de 18 años de edad, es un hecho alarmante que debe indignar a todo peruano. Que la principal herramienta de seguimiento y prevención del delito, como es el RETA, esté abandonado, tampoco. ¿Qué nos está faltando?, ¿Están las mafias siendo más habilidosas que los esfuerzos del Estado, las organizaciones civiles, la sociedad en general?.
Mientras reflexionamos esto, el segundo domingo de agosto se celebra el día internacional del niño, recordándole a la sociedad su importancia y transcendencia. Paradójicamente, cientos de ellos estarán siendo víctimas de la Trata de Personas, sufriendo abusos terribles, que incluyen hasta la muerte y enfermedades. Atrapados bajo un sistema indolente que los ha dejado a su suerte.
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