Los casos «Lava Juez» o los «CNM audios» son de los más escandalosos que hemos tenido en los últimos años. Usted tiene una experiencia de 25 años en el periodismo. En este tiempo, ¿cómo se han modificado ese tipo de casos? ¿Cuáles son las diferencias y similitudes entre los casos de corrupción de los 90 y los de la actualidad?
La corrupción es muy similar ahora a como era antes. Grupos de personas que aprovechan ilícitamente el poder para beneficiarse a costa de los demás. Lo que sí siento que es peor es que ahora veo más gente en las calles que ha normalizado el no respetar la ley.
La ciudadanía siempre ha percibido el sistema de justicia como ineficiente o corrupto, pero con los audios recién tienen las pruebas concretas. Sin embargo, ¿percibe en la opinión pública un grado de indignación similar al de otros grandes casos de corrupción?
Percibo indignación, pero en muchos casos, siento que dicha indignación no es real. Es decir, si de verdad la gente rechazara la corrupción no veríamos, por ejemplo, coimas a los policías. Creo que falta mucha conciencia de la necesidad de ser una sociedad honesta. No en todos, pero sí en muchos ciudadanos.
¿Qué consecuencias trae al país este y otros casos de corrupción? – En los últimos meses, grupos conservadores buscan censurar el enfoque de género de las políticas públicas, enfoque que debe ser enseñado especialmente a los operadores de justicia. En ese contexto, ¿cuál es la importancia de hacer periodismo con enfoque de género?
El enfoque de género es la forma moderna de entender al ser humano. Respetando las libertades de todos. El papel del periodismo siempre es informar. En ese sentido, su importancia radica en hacerlo bien y fomentando el respeto a los derechos de cada persona de identificarse con un género y ser aceptada de esa manera.
Desde CHS Alternativo monitoreamos los índices de impunidad en delitos como la trata de personas. Apenas 7 de cada 100 acusados por el delito reciben una sentencia, esto ya revela ineficiencia del sistema de justicia. Pero también hemos tenido casos muy mediáticos sobre trata de personas, como el del juez Villa Stein, que absolvió a una tratante de menores y uno de sus argumentos fue que no hubo explotación porque no hubo agotamiento en la víctima. Desde el medio que dirige, ¿se realiza un seguimiento a los noticias de trata de personas? ¿Cuál es el compromiso que tiene ante los casos de trata de personas u otros tipos de explotación?
Hacemos todo el seguimiento que podemos, pero son tantos los casos que resulta imposible seguirlos a todos hasta el final. Nuestro papel es dar a conocer. Toca a las autoridades actuar y a los ciudadanos vigilar.
La alta tolerancia al delito dificulta crear una verdadera conciencia social ¿hasta qué punto los medios de comunicación se comprometen en la creación de esta conciencia?
No puedo hablar en nombre de los medios. Solo de mí y el programa en que trabajo. Nuestro compromiso con un país que respete a las personas es total. Sobre todo con las personas que, por alguna razón, se encuentran más vulnerables.
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