N°262 ENTREVISTA A MARÍA PÍA COSTA, PRESIDENTA DE LA SOCIEDAD PERUANA DE PSICOANÁLISIS


El aislamiento obligatorio, tan necesario en este contexto, podría traer graves consecuencias colaterales. Una persona que es, o que potencialmente puede ser un agresor físico, psicológico o sexual, ¿se vuelve más peligroso en una circunstancia de permanente convivencia? ¿Cómo evitar la exposición de los más vulnerables del hogar?

La situación de confinamiento en familia durante un mes, ciertamente favorece que aumenten los niveles de angustia, de ansiedad, de frustración en los hogares. La inamovilidad, la angustia económica, el temor al contagio, el temor a la muerte, todos estos elementos contribuyen a volver la situación familiar más densa. Entonces, las posibilidades de conato de violencia aumentan.

Ahora, ¿qué se puede hacer en situaciones de violencia en el hogar? Las personas del entorno de una persona violenta intuyen o saben cuáles son las situaciones que disparan la violencia en el agresor. Entonces, tratar de evitar pisar el palito, tratar de evitar esas situaciones que sabemos pueden generar una crisis de agresión. Esto no quiere decir, de ninguna manera, que la víctima va a tener que someterse, ni protestar, pero sí evitar las situaciones que saben que podrían generar mayor ansiedad porque va a ser más difícil controlarlas una vez que se desencadena la violencia.

Pienso también que hay niños que están sometidos, no solo a un padre agresivo, sino también a una madre violenta que les pega. Ahí hay que tener mucha calma, darse cuenta que todos están ansiosos, que los niños también están tensos, que van a hacer bulla, que van a cometer torpezas. Hay que tener mucha paciencia y mucho cuidado con los brotes de violencia.

 

Entiendo que, en ese sentido, Sociedad Peruana de Psicoanálisis tiene habilitada una línea de comunicación.

Sí, ciertamente, hay situaciones que requieren una atención. Nosotros hemos creada una línea de soporte emocional para atender casos como este. Se les pide entrar a la página de Facebook de la Sociedad Peruana de Psicoanálisis o a nuestra página web: www.spp.com.pe  Es cuestión de llenar una pequeña una, muy breve encuesta, en donde solo tiene que poner nombre, puede ser inventado, una inicial de apellido, el número de teléfono y a la brevedad y en la medida de nuestra posibilidad estamos respondiendo a la llamada.

 

Muchas personas cumplen las medidas dictadas por el gobierno porque confían en que ayudan a frenar la epidemia del coronavirus, sin embargo, hay quienes parecen desconocer la gravedad de la situación, o simplemente son indiferentes. ¿Por qué esta está actitud?

Hay distintos motivos por los que una persona respeta esta normativa. Hay quienes, simplemente, encuentran un placer muy grande en transgredir la norma. Sienten como muy violenta una norma. No entienden el sentido colectivo de la norma y lo único que les inspira es el deseo y la necesidad de transgredirla. Hay otro tipo de gente que infringe la norma porque se siente muy ansiosa de estar encerrada y necesita salir, le cuesta mucho contener su impulso de salir a dar una vuelta. Creo que es muy importante que se pueda transmitir el mensaje de que no salir a la calle es una manera de cuidarse, de cuidar a todo su entorno familiar, y de cuidar a toda la comunidad. Entonces, este mensaje tiene que terminar calando de alguna manera. La gente tiene que entender el sentido de este aislamiento social. A veces, si es que no se ha comprendido el sentido de este aislamiento, se va a violentar y se va a transgredir la norma.

 

¿Este segmento de la población puede eventualmente cambiar de actitud y, luego, de conducta? Y si es así, ¿qué tipo de estímulos o mensajes podrían lograr ese cambio?

Bueno, ojalá el hecho de que se los lleven 24 horas a la comisaría, los haga reflexionar. Yo dudo mucho, pero tengamos la esperanza de que, por lo menos, algunos entiendan el sentido de la norma.. Incorporar la norma es un principio fundamental de la vida en sociedad, y es un principio fundamental del acceso del niño y el adolescente a la adultez, a darse cuenta de que vive en una comunidad donde hay normas que regulan y que permiten el buen funcionamiento de la comunidad. Si esa idea no está incorporada, la persona nunca va a respetar la norma.

Por ejemplo, estuve conversando ayer con una persona de Carabayllo que me decía que estaba muy angustiada porque la policía no la dejaba hacer sus compras. Conversando con ella pudo entender que no era un abuso de autoridad por parte de la Policía, sino que se trata, justamente, de una medida para protegerla a ella, a sus hijos y a toda la comunidad. Creo que entender eso es fundamental. Pero cuando una persona está muy ansiosa, sus capacidades de reflexionar se reducen y la ansiedad la lleva a buscar un responsable, alguien a quién echar la culpa.

 

El teletrabajo se ha convertido también en un reto en este momento, ¿qué recomendaciones nos daría para llevarlo adecuadamente y que no interfiera con la rutina familiar?

Bueno, hay que buscar un espacio de calma y de tranquilidad para poder trabajar. No siempre es fácil. La mayoría de peruanos viven en espacios reducidos, con muchas personas alrededor, pero habrá que hacer lo mejor que se pueda en la situación en esta coyuntura. Digamos, esto es lo que hay. Estamos frente a una crisis, tendremos que tratar de encontrar las soluciones y de organización dentro del hogar para que esto pueda funcionar.

 

De otro lado, ¿cómo “distraer” a los jóvenes del uso de redes sociales? ¿Cómo prevenir que se involucren o interactúen con desconocidos sin ser, al mismo tiempo, invasivos o controladores?

A mi entender, el foco no está en controlar a los hijos la cantidad de horas que están en la computadora o en las redes, eso es imposible. Lo importante es encontrar la manera de conversar con ellos, de tener un diálogo abierto, una comunicación, conocer a su hijo, saber qué es lo que necesita. Es muy importante fortalecer su autoestima, su seguridad básica, su sensación de ser amado. Lo más serio del uso excesivo de las redes es caer en sitios peligrosos para el adolescente. En realidad, no cualquier niño está en este riesgo. Sucede como con el bullying. Los niños más frágiles, más vulnerables, más aislados, más inseguros, que no se sienten acompañados, que no se sienten cobijados, tienen mucho mayores posibilidades de caer en este riesgo mediático. Entonces, el trabajo es fortalecer su autoestima, su seguridad básica, más que controlando sus recorridos por las redes.

 

¿Algún consejo general que desee agregar?

El consejo más importante es que estamos en una situación de mucha ansiedad, de mucha frustración, de tristeza para muchos, de miedo, hay que conectarse con esos sentimientos. Uno tiene tendencia a pensar que hay que alejarse de esos sentimientos para protegerse, y eso funciona justamente al revés. Mientras uno está más conectado con sus propios sentimientos, tiene muchas mayores probabilidades de organizar esos sentimientos y tener mayores instrumentos para lidiar con ellos, para poderlos manejar y llevar de mucha mejor manera la situación de crisis. Esto es muy claro, por ejemplo, con respecto al miedo, que es el sentimiento que más nos acompaña en estos momentos.

El miedo es un sentimiento que nos permite tomar conciencia de la situación de riesgo en la que estamos y tomar las medidas pertinentes para protegernos. Seguir las indicaciones, las normas, las reglas que nos están poniendo para esa protección. Pero si en vez del miedo lo que viene es el pánico, uno pierde la capacidad de pensar, pierde la capacidad, por lo tanto, de decidir correctamente, comienza a tomar malas decisiones, comienza a enredarse, se pierde la posibilidad de pensar con tranquilidad. Eso sí es más complicado, porque además el pánico es muy contagioso, se contagia a todos los miembros de la familia, se contagia a la sociedad -hemos visto muchas manifestaciones de pánico de la gente-.hay que bajar los niveles de pánico para poder funcionar más adecuadamente. Esto mismo sucede con otras emociones: con la tristeza, con la angustia, con la frustración. Entonces, es muy importante conectarse con esas emociones, darles un tiempito para que se expresen, y para eso es muy importante tener a alguien con quien uno pueda conversar, un hermano, un amigo, un vecino, con quien pueda comunicarse, inclusive virtualmente compartir sus experiencias. Recordar experiencias pasadas de crisis y cómo las solucionaron ayuda mucho, ayuda a sacar los recursos que uno ha empleado en otros momentos y actualizarlos para poderlos aplicar. La conversación es la mejor herramienta que tenemos los seres humanos para elaborar estas situaciones.

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