A través de testimonios de las propias víctimas, activistas de Yucatán descubrieron que en el estado sí existen redes de prostitución infantil, trata de personas y turismo sexual, cuyos agresores son sus propios padres.
Lo anterior fue dado a conocer por el periodista Heberth Escalante en una nota periodística publicada en el portal de noticias de Yucatán “Haz Ruido”, en donde se dijo que las víctimas eran utilizadas para el comercio sexual.
En la nota se puede leer que el proyecto Casa Crisal, desde hace 10 años, da refugio y ayuda a niñas y jóvenes que han sido víctimas de violencia sexual, cuyos agresores, en la mayoría de los casos, fueron sus propios padres.
María Jesús Ocaña Dorantes, fundadora de la asociación, señaló a Haz Ruido que atienden a dichas víctimas para que puedan rehabilitarse y elaboren su proyecto de vida, para que puedan salir de nuevo conociendo sus derechos.
En Casa Crisal se reciben a niñas de edades entre los 11 y hasta los 18 años incumplidos, todas víctimas de violencia sexual y que, en muchos de los casos, vendidas como objetos al mejor postor por sus propios padres.
Ocaña Dorantes mencionó que durante el proceso se busca la sana aceptación de que ellas no fueron responsables de lo que les haya sucedido y de demostrarles que no en todas las familias se sufre violencia.
La fundadora de Casa Crisal también mencionó que con el testimonio de las niñas y adolescentes encontraron que, en un alto porcentaje, son las propias madres quienes las usan sexualmente como si fueran un objeto.
Agregó que también descubrieron que lo único malo que les dieron sus madres es lo que recibieron de las abuelas, es decir, es un círculo vicioso que sigue dañando a las mujeres porque las están violentando generacionalmente.
Muchas de las niñas que llegaron a Casa Crisal fueron víctimas de trata de personas, prostitución y hasta de turismo sexual, refiere Haz Ruido en su nota, donde es doloroso enterarse de que fueron un depósito de semen.
Claro que hay comercio sexual infantil y redes de prostitución en Yucatán. No se puede negar que existe. Incluso hay catálogos en internet; mientras más pequeña es la víctima, mayor es el ingreso del tratante, indicó la mujer.
Fuente: La Verdad
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