La trata de personas es una forma extrema de violencia hacia la mujer. En el Perú, la mayoría de víctimas de este delito son precisamente mujeres, las cuales son sometidas principalmente a la explotación sexual, aunque también son víctimas de explotación laboral, trabajo forzoso y otras formas de violencia doméstica y sexual.
Desde CHS Alternativo, y específicamente desde el Centro de Atención y Orientación Legal y Psicosocial, se ha podido corroborar esta realidad y se ha visto el sufrimiento de muchas mujeres, a quienes la institución ha dado atención y soporte. En los últimos 15 años, se ha atendido a más de 2180 personas, víctimas de diversas formas de explotación humana. El 84% de ellas fueron mujeres y el 55%, niñas y adolescentes. De ese total, 250 eran menores de 14 años y casi 80, menores de 10 años, entre ellas, varias víctimas de pornografía infantil. Estas cifras son proporcionales a las que maneja el Ministerio Público.
Andrea Querol, presidenta de CHS Alternativo, señaló –durante la presentación del documental Buscando Justicia– que en estos años de trabajo, CHS Alternativo no solo ha visto maltratos hacia las víctimas, sino también las dificultades que tienen en su acceso a la justicia. “A través de ellas, la institución ha sido testigo del sufrimiento producto del trauma vivido, pero también del malestar que se iba generando a causa de los obstáculos en la interacción con los servicios del Estado, pues a pesar de que los servicios existían, no todos funcionaban adecuadamente. Es así que quisimos entender qué ocurría, quisimos escuchar las voces de las víctimas, y así surgió la investigación Buscando Justicia”.
La publicación, de autoría de Andrea Querol y que luego dio origen al documental del mismo nombre, es el resultado de una investigación cualitativa que busca explorar las vivencias de las víctimas y otros actores en su interacción con el Estado, para ver qué pasaba una vez que salían de la situación de trata. Para ello, Querol entrevistó a 30 víctimas de diferentes formas de explotación humana y a 10 de sus familiares, entre ellos varias madres y alguna abuela, en una práctica que se realizó por primera vez en el país, pues antes nadie había entrevistado a los familiares de las víctimas de trata. “Se hizo así para aclarar los prejuicios que existen en torno a las familias de las víctimas, pues aunque es cierto que hay familias que son expulsoras, disfuncionales y responsables de lo que ocurre o hasta cómplices, también hay familias que no lo son y era importante escuchar sus voces, pues se trata de un grupo que debe ser atendido”.
La investigación fue reveladora. Los testimonios de las víctimas evidenciaron que hay violencias entrecruzadas, y eso genera un impacto mayor en las víctimas, porque sienten que la violencia se presenta con el agresor, con el tratante y se vuelve a presentar en la interacción con el Estado y con los funcionarios y autoridades que deben atenderlas.
“Esta es una realidad: hay mucha violencia sobre las víctimas en su proceso de recuperación y reintegración y su acceso a la justicia. Y cuando hablamos de acceso a la justicia estamos haciendo referencia a todo, no solo a la reparación y la sanción penal para el agresor, que es fundamental, sino al acceso legal y la restitución de los derechos económicos y sociales de los afectados. Este es un tema que fue expresado por las entrevistadas y víctimas con las que trabajamos. Acceder a la justicia es importante para ellas, por seguridad, porque los responsables tienen que pagar por lo que les han hecho y porque es necesario que este tipo de maltrato y sufrimiento no se repita con otras mujeres. Pero también es importante tener claro que una vez que la persona es rescatada y sale de la trata de personas, la situación de sufrimiento y dificultades continúan, y es ahí donde la restauración de la justicia es difícil”.
Andrea Querol refirió que en el libro y el documental “Buscando Justicia”, las víctimas, que fueron beneficiarias de CHS Alternativo por varios años y aceptaron participar en la investigación –tras un riguroso protocolo de ética e información–, expresaron su deseo de ser escuchadas. “Ellas querían contar sus experiencias para que todo lo que vivieron no quede ahí, sino que sirva para prevenir otras situaciones de violencia y explotación. Coincidimos con ellas, y reiteramos que es responsabilidad de todos, incidir y avanzar en la promoción y respeto de los derechos de las personas, para prevenir la trata de personas y otras formas de explotación humana”.
Con el documental, realizado con el apoyo de la Fundación Kunhpen y Kanaki Films, CHS Alternativo aceptó el reto de que esas voces se escuchen, dijo Querol, porque, pese a las dificultades, hay un lado esperanzador. “A pesar del impacto y del sufrimiento, se puede salir adelante con el apoyo necesario. La reintegración es posible, pero el camino es difícil y largo. Por eso, desde CHS Alternativo seguiremos trabajando y apuntando en esa dirección”.
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