Luis Vásquez – Abogado, ex Coordinador de Proyectos de CHS Alternativo. Actualmente es parte del equipo del proyecto Lauras Hus, que brinda asistencia y protección a las víctimas de TdP en Oslo – Noruega.
Cuéntame un poco sobre el proyecto que vienes realizando en Noruega
Estoy en un proyecto que se llama Lauras Hus (La Casa de Laura) que es un proyecto que depende de Nadheim una institución formada por la iglesia luterana noruega. Es un proyecto que es reconocido como una de las experiencias más interesantes que hay en cuanto a atención a las víctimas de trata de personas.
Consiste en un albergue en el cual estas víctimas reciben un lugar donde vivir y al mismo tiempo es centro de servicio ya que las relacionan con todo el aparato de bienestar del estado noruego. Se hace un acompañamiento durante todo el proceso pues hay un plan de trabajo organizado para cada víctima, somos como una especie de bisagra entre la víctima y el estado. Son 5 personas hasta el momento las personas que viven en esta casa albergue y quienes tienen una serie de características y allí ellas reciben no solamente alojamiento sino que también se hace un trabajo de inclusión dentro de la sociedad.
En el proyecto/casa trabajamos unas diez personas y una directora.
En cuanto a la experiencia, ¿qué es lo que has podido observar en el trabajo de asistencia y protección?
Ha sido una experiencia muy rica e interesante, he tenido la oportunidad de ver desde el mismo campo como funciona un estado que se supone que tiene recursos bastante más abundantes que Perú. Noruega es uno de los países con el mayor índices de desarrollo humano de acuerdo a la ONU, entonces lo interesante es ver como un estado que tiene amplios recursos los utiliza y articula de una mejor manera todos los diversos servicios que ofrece.
A pesar de ello siempre se presentan problemas pero la respuesta estatal es mucho más eficiente. Hay una coordinación permanente, por ejemplo, para decidir quién ingresa a este albergue. Por ejemplo, existe un consejo consultivo en el que participa otra ONG, que es la que brinda la primera atención de emergencia. Hay otro proyecto más, el Centro de Emergencia Mujer, que es un albergue de emergencia dirigido a mujeres víctimas de violencia de género. Integran el consejo consultivo, la policía, la abogada de las personas que están ahí, o sea un grupo de personas con conocimiento de cada caso y que decide. Lauras Hus no es un albergue de emergencia, pues esta pensado para personas que ya han estado en contacto con el sistema a través de los otros agentes y que pasado un tiempo se decide, con un acuerdo previo de la víctima, que pasen a residir en la casa. Esto se da de manera provisional ya que la idea es que no estén ahí más de un año, hay gente que se queda un poco más pero poco a poco se va resolviendo la situación de las residentes de una forma más permanente. Es un proyecto que atiende sólo a mujeres víctimas de TdP. Actualmente todas las residentes son extranjeras.
Nosotros no brindamos atención directa más allá de alguna emergencia cotidiana, en realidad somos como un nodo, es decir la persona llega y nosotros la contactamos con el sistema de salud del estado y tratamos contactarlos con las entidades correspondientes para canalizar sus diversas necesidades, además le hacemos un seguimiento a cada caso. Acompañamos tal vez en la primera cita, ya que muchas de ellas son mujeres que tienen algún problema derivado del trauma que han soportado como víctimas de TdP. Sin embargo, la idea básicamente es dejar que ellas se desenvuelvan. No se trata de un internado: ellas no están restringidas en sus movimientos en modo alguno ya que pueden salir, hacen su vida diaria, van a clases de idiomas, algunas asisten a otro proyecto de la Cruz Roja local. Trabajamos mucho en conjunto con otras instituciones que conocen el tema, así entonces hay más ofertas de asistencia y servicios para ellas, de acuerdo a lo que necesitan y lo que les gusta.
¿Hay ayuda económica? ¿cómo afecta en su trabajo?
Nunca va a haber una satisfacción plena, desde el estado hay una gran oferta de servicios, pero es mayor la demanda. En nuestro país, tal vez uno pueda decir que en el Perú no hay plata, pero a veces la plata no es el principal problema: uno puede brindar todo lo material, pero eso nunca es suficiente. Lo importante es el aspecto personal, la ayuda que como persona se le pueda brindar a la víctima. A una víctima siempre le va a parecer muy poco lo que les das. Además la cantidad de víctimas es inmensa y lamentablemente no todo el mundo llega acceder a ser beneficiario de un proyecto como este. Hay un proceso de selección que se quiere que sea claro y con prioridades definidas. Aún así sucede que una vez que la victima pasa a residir en el local hay una serie de reclamos y demandas que parecen nunca acabar. Nosotros consideramos que esto es parte de una reacción natural de defensa de la víctima, de intentar mantener un poder de decisión sobre su propia vida y decisiones. Esto se respeta y se intenta dar respuestas adecuadas en cada caso.
¿Existe un registro de victimas anual en promedio?
Hay un proyecto que se llama KOM, el Centro de Coordinación de Víctimas de Trata de Personas, que depende del Ministerio de Justicia y que trabaja muy de cerca con la policía noruega. En su último reporte las cifras víctimas están en el rango de varios cientos de personas al año. Se trata entonces de un problema real y urgente para la sociedad y el estado noruego.
¿Qué distancias se ve en la forma de tratar el tema entre Perú y Noruega?
En el papel es muy similar y no hay mayor diferencia. En ambas legislaciones la víctima tiene derecho a protección y asistencia, a atención psicológica y vivir en un lugar seguro. Legislativamente todo es muy parecido. Sin embargo, el problema está en la ejecución y en que ciertamente hay una diferencia en los recursos invertidos que no se puede negar. Aún así creo que si se podría avanzar mucho en el Perú si se coordinara mejor y hubiera una asignación más eficiente de los recursos de cada institución involucrada con el problema de la TdP.
Creo que uno de los aspectos en el cual estamos fallando en el Perú es en que no tenemos donde derivar a las víctimas, ya que una vez que la persona está alojada en un lugar seguro, recién se puede comenzar el encadenamiento con los otros servicios que el Estado esta obligado a brindar a las víctimas. La gran pregunta a responder es de qué nos sirve rescatar a alguien de las garras de este delito si no le vas a dar ningún tipo de asistencia posterior.
En Noruega, las víctimas son casi exclusivamente extranjeras, en el albergue hay personas de África y Asia, por ahora no hay ninguna víctima latinoamericana. Todas vienen de una situación continua de explotación, en donde han pasado por varios países y han terminando llegando de una u otra manera a Noruega.
¿El drama es el mismo del que una víctima de trata en el Perú?
Si, es muy parecido e incluso hasta peor a veces. En algunos casos uno se va enterando mientras lo cuentan de forma casual y se va descubriendo un trasfondo de guerra, de conflicto armado lo que evidentemente multiplica la posibilidad y la gravedad del abuso. Siempre hay una serie de complicaciones, muy aparte del aspecto criminal, sino también en lo físico y psicológico, lo que lo hace que la ayuda siempre sea insuficiente por la atención y apoyo que requieren.
¿Cuál es el problema que tiene el Estado Peruano de afrontar la situación de las víctimas?
El Estado se desentiende y piensa que su labor acaba con rescatarlas. No entiende que las víctimas tienen derechos y que el Estado no les está haciendo un favor al darles albergue; al contrario es un derecho que tienen como víctimas, que deben ser atendidas, algo a lo que el propio Estado peruano se ha comprometido en varios instrumentos legales, a nivel interno e internacional.
No se ha internalizado por parte de mucho funcionarios que estas personas deben ser atendidas, que tiene que seguir con atención psicológica, que tienen que recibir atención o apoyo legal, que deben residir en un lugar seguro.
¿Cómo es la mirada hacia lo que lo origina? La trata deriva de una serie de problemáticas, ¿cómo actúa el Estado frente a esto?
El actuar del Estado peruano es muy limitado, lo ve como un tema criminal básicamente, cree que el tema es rescatar y perseguir a los tratantes, lo cual es importante pero no lo es todo. En Noruega el tema se ve desde un enfoque de derechos humanos y el aspecto principal es el bienestar de la víctima y hay mucho énfasis en ella, sobretodo en cuanto a la prevención y la atención, buscando que estas personas no regresen a ser explotadas. Lamentablemente ello se complica en el aspecto migratorio, ya que casi todas son extranjeras. Hay entonces un tema muy complicado con leyes migratorias, derechos de permanencia y los tratados que hay, agregándole así una capa más al problema.
Así tenemos que en teoría una víctima de TdP no puede ser deportada, pero también implica cumplir con una serie de condiciones, como que se vea que verdaderamente es una víctima, la situación concreta que ha pasado, la colaboración con la policía, en fin, que se justifique esa protección que el Estado les brinda.
Los derechos de las víctimas, además de reconocérseles, ¿Está regulado como derecho de víctimas de trata de personas?
Si, primero está el Protocolo de Palermo que está muy enfocado en el tema penal, de persecución, en cambio, la Convención del Consejo de Europa contra la Trata de Personas está más enfocada hacia la protección de derechos y además, algo muy importante, crea un organismo de supervisión (Grupo de expertos en el combate contra la TdP-GRETA) que realiza una evaluación muy completa a los estados miembros de la convención antes mencionada. El resultado es un reporte anual donde se analizan los aportes de ONGs, organismos e instituciones del estado para visibilizar los avances y retrocesos y para indicar las cosas que se pueden hacer o mejorar.
¿Este tipo de convenciones se promueve también para países como Perú?
Esta convención también está abierta para países que no sean europeos, depende de los estados que quieran adherirse.
El plus o beneficio adicional que da esta convención es que está mucho más enfocada en el aspecto de protección a la víctima a diferencia del Protocolo de Palermo que está inclinado mucho más al tema de persecución del crimen organizado.
En mi opinión las prioridades serían primero prevenir la captación de nuevas víctimas, luego atender a las personas que ya están dentro del problema y tercero perseguir a los criminales. Mientras uno no elimine las condiciones o el entorno que provoca que haya víctimas, siempre aparecerá el criminal que se aproveche de estas condiciones. Esto se ve claramente en Noruega donde todas las víctimas son extranjeras y ninguna de ese país ya que no hay condiciones para que una persona de nacionalidad noruega caiga en las redes, ya sea porque hay un estándar de educación muy alto o por la existencia de un Estado protector.
En cuanto al tema de Jhinna, es un caso que ya lleva dos años y en el que se están dañando sus derechos, ¿qué opinión tienes al respecto?
Esta situación transitoria no puede ser permanente, tiene que haber un plan de trabajo con la persona, el tratamiento de la víctima tiene que tener su propia motivación y dinámica. El proceso existe para ayudarla a que consiga justicia y reparación. Tiene que haber un plan de trabajo con reglas claras, por ejemplo en otras realidades sería impensable que una víctima saliera en televisión o mostrara su cara. Así en Noruega hay un celo muy grande en lo que es la privacidad y pensar que una víctima salga con la cara descubierta o se sepa quién es, no es concebible. Hay un extremo cuidado en eso.
Siguiendo con un objetivo de protección la dirección de la casa donde trabajamos es secreta, está en un barrio residencial, no se puede revelar y se procura que haya la mayor similitud con una vida diaria o normal. Las residentes pueden recibir visitas bajo ciertas condiciones básicas de seguridad: no visitas de personas que hayan estado en el ambiente de trata. Asimismo, pueden tener novio o pareja siempre con la precaución del caso, también pueden salir y regresar a la hora que quieran avisando siempre y cumpliendo cierta rutina o compromiso de cómo llevarse con las demás personas. Haydeberes que tienen como receptores de ayuda. Lo que se quiere es que tengan una vida diaria lo más normal posible sin ponerse en riesgo ellas mismas o las otras habitantes de la casa.
Es una dinámica distinta, ya que en Noruega el Estado están incluyendo a las víctimas dentro de una vida común, a Jhinna solo la están protegiendo al máximo sin ver de qué manera o dinámica ella pueda incluirse o retomar su vida.
Ciertamente el nivel de violencia criminal es mucho más alto en Perú, eso podría afectar las condiciones adecuadas para brindar protección. Tendría que verse si se puede dar un poco más de autonomía, si quiere ir al colegio, quiere hacer actividades de recreación, porque es algo que tiene que tener la persona. En Noruega cada chica vive en un mini departamento, es un flat con sala comedor, baño privado, habitación, tv, computadora, kitchenette, sofá, nada lujoso pero funcional, es un lugar donde se tiene todos los servicios y aparte una asignación mensual. Eso probablemente suene a utopía en el Perú, pero aún con las limitaciones del caso no se pueden obviar aspectos que son básicos en la vida cotidiana de una persona como la libertad de movimientos, el contacto familiar, la recreación, la educación. Las víctimas no deben recibir un trato carcelario.
¿Cómo se ven ellas en ese proceso de inclusión, como se comprenderán ellas, como un derecho ganado?
Es un derecho que ellas tienen y que debe ser visto así, porque hay una base legal, una base constitucional y una base de tratados internacionales que les reconocen estos derechos.
Como se ven ellas depende mucho de las personas, algunas dan la impresión de que si lo van a lograr, que finalmente van a superar su drama personal y salir adelante, otras que muestran una actitud diferente, tal vez no muy alentadora o conveniente para ellas mismas. Por ello debemos acompañar a las víctimas y hacerles ver que hay una serie de condiciones que tienen que tienen que cumplir y continuar por el camino iniciado. El tema educativo es muy importante, es un servicio que aquí es gratis y que el estado apoya a todo nivel. Sin embargo muchas de estas personas no han pasado por una escuela en su país natal y entonces es mucho más difícil y complicado avanzar en este aspecto, pues a veces rechazan y no le dan mucha importancia al tema educativo.
El tema de la re victimización, ¿cómo lo has visto desde las instituciones que rescatan o atienden los derechos de las víctimas?
Hay una alta posibilidad de volver a ser víctima de TdP, sobre todo en el caso de las víctimas que no pasan por todo este proceso de atención. Estoy convencido de que aquellas personas que han sido deportadas o que no han logrado juntar los requisitos para recibir esta ayuda, en su mayoría están regresando al mismo lugar y situación.
Muchas personas que no llegan a la casa refugio, son deportadas si no logran esclarecer su calidad de víctimas, lo que es muy complicado. Muchas víctimas solicitan asilo humanitario, el problema está en que en la mayoría de los casos ya lo han pedido antes en otro país, y la legislación europea a nivel regional establece que la solicitud se debe resolver en el país en que primero conoció el pedido.
Creo que el aparato estatal es el que debe detectar a las víctimas, es labor de las instituciones como la policía o migraciones contactar a los abogados del Estado, a las ONG, que atienden víctimas y que luego las ubican en una institución de segunda etapa como es Lauras Haus.
Hay casos a nivel europeo donde víctimas provenientes de Albania han sido deportadas con un índice de re victimización muy grande, porque no desaparece la necesidad o condiciones que favorecieron que estas personas sean vulnerables en un primer momento.
La re victimización desde la misma atención del Estado, por ejemplo aquí donde para evitar la re victimización de víctimas de abuso sexual está la cámara Gesell que es una entrevista válida para todo el proceso judicial, en el caso de víctimas de trata que tienen que pasar en muchos casos toda la ruta y volver a explicar y recrear todo lo que han vivido para que sea anotado todo por seguir un proceso. ¿Esto sucede también en Noruega?
Sucede pero también hay una protección muy fuerte a la intimidad, la víctima no es mostrada por la policía inmediatamente, no se publican fotos de las víctimas ni aparece en los medios, a lo mucho se reportaran datos muy generales, incluso no menciona nombre del tratante o sospechosos. En general hay una posició muy fuerte de protección a la identidad que es básico, y que parte de todos: los medios, de la policía y de los abogados y de un sistema mismo que es muy celoso de la identidad de las víctimas. Eso es importante ya que no crea una presión. Sucede que a veces tienes que repetir varias historias, lo cual es duro, pero ello cambia con un apoyo o tratamiento psicológico permanente, paralelo. Se procura ser práctico y no extender la situación más de lo necesario. También se usan expertos en los proceso judiciales, por ejemplo un abogado o alguien de alguna institución que ha trabajado el tema y explique al juez para que haga preguntas más certeras y oportunas, evitando que la víctima tenga que tratar temas que muchas veces ni siquiera conoce. Para mí sería lo ideal sería que en todo caso exista un testigo experto, el juez toma su testimonio, el de la víctima, y a partir de esto construye el caso.
El hecho de basar un caso solamente en el testimonio de la víctima simplemente está mal ya que implica que no ha existido una investigación seria. El testimonio de la víctima es el inicio tal vez de una investigación, no el objetivo último de esta.
Pareciera más una cuestión cultural, aquí todavía estamos con la mirada de perseguir el delito y el castigo y en Noruega está la mirada del ser humano
El sistema está más preocupado en rescatar a la persona, inspirado en la idea que todos somos importantes sin importar la procedencia. El castigo también es importante, pero en principio lo importante es salvar a la persona. Uno de los puntos más importantes para mí es la protección de la víctima comenzando por darle un lugar donde vivir y hacerle accesible los servicios y derechos que el Estado le reconoce en teoría. Esa es la gran diferencia que he encontrado. Por lo demás, los problemas son los mismos, muy parecidos, con el agregado del sistema migratorio, que en Perú no lo es tanto pues de momento las víctimas en nuestro país lo son a nivel interno. En general esa es la gran diferencia con Noruega en particular y con Europa en general: el lugar de procedencia y la intervención de legislación migratoria en casi todos los casos. Por lo demás, las víctimas de TdP son sobrevivientes tanto aquí como allá, son personas admirables: por todo lo que han sufrido, por todo lo que pasan y porque siguen en la lucha.
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