N° 237: Entrevista a Carlos Rivera – Abogado de IDL


¿Cómo relacionas el caso del Príncipe Gurdjieff con la coyuntura de violencia que se vive en la actualidad?

Es un caso preocupante, porque estaría dando cuenta que se están desarrollando diversos mecanismos de captación de personas con diferentes problemas como el caso de Patricia Aguilar, la joven española que ha logrado exponer públicamente la existencia de esta secta y de casos que calificarían como trata. La novedad no es la existencia de la secta o como funciona, sino las características propias del personaje llamado el Príncipe Gurdjieff, que en buena cuenta es un mecanismo más de captación de personas. Las circunstancias en las que ha captado a esta chica dio el origen de la atención periodística del caso, que al parecer ser se vincula con actos de violencia contra jóvenes desprotegidos y terminan siendo vulnerables ante este tipo de mensajes en donde la utilización de medios como Facebook se vuelven un instrumento fundamental. Por lo tanto tenemos un caso con varios elementos típicos de trata que se van manifestando, pero que no hubiesen sido expuestos públicamente sin la acción decidida por parte de los familiares de las víctimas para poder ubicarlas y rescatarlas.

 

¿Cómo valora las reacciones por parte tanto del estado como de la prensa en el abordaje del caso?

Me parece una reacción positiva por parte de la prensa hacer que el hecho sea de público conocimiento, porque ha puesto el tema en el foco de la opinión pública a pesar de los escándalos con los audios, que complican un caso particularmente grave. Han sabido exponer las características de un caso en el que hay circunstancias un tanto particulares. El hecho que todavía puedan captarse jóvenes con discursos extremos y fundamentalistas resulta sorprendente. De parte de las agencias del Estado, me ha parecido magnifica la reacción de parte de la policía. La policía ha dado muestra de una reacción rápida y oportuna. A partir de la denuncia de los familiares, el plan de desarrollo de la policía surge efecto en un tiempo bastante corto y el hecho que se encontraron con información oportuna jugó a su favor, pero no le quita mérito alguno.

 

Sin embargo, el hecho que las víctimas aseguren con tanta vehemencia estar en esa situación por voluntad propia complica el definir la finalidad del caso, calificado como trata de personas por todas las características que cuenta.

Visto desde los elementos más objetivos y las características del caso, parece ser trata de personas, pero el Ministerio Público (MP) determinará ello a partir de la evidencia, interrogatorios y de otro tipo de pruebas levantada en el lugar de los hechos, más allá de la declaración que pueda dar la presunta víctima. Escuché las declaraciones de una de las víctimas y dijo estar un tanto sorprendida con la operación-rescate. La opinión de la víctima es absolutamente respetable, pero la definición de cuál es la naturaleza del caso deberá definirla el Ministerio Público en los próximos días.

 

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