N° 110: El proceso de recuperación de un niño, niña o adolescente, víctima de explotación sexual, es factible pero muy lento


Entrevista a Denisse Araya Castelli.

Directora Ejecutiva – ONG Raíces  de Chile, organización miembro de  ECPAT Internacional y de la Red Latinoamericanos Desaparecidos. Ha dirigido diversos proyectos de promoción y desarrollo en áreas de género, infancia y adolescencia. Así mismo, ha realizado varias investigaciones sobre la explotación sexual de niños, niñas y adolescente en Chile.

¿Cuál es la diferencia entre la trata de personas y la explotación sexual de niños, niñas y adolescentes (ESNNA)?
En el caso de la ESNNA  existen cuatro modalidades: pornografía infantil, turismo sexual, relaciones sexuales remuneradas y la trata con fines de explotación sexual. Por otro lado, cuando hablamos de trata de personas, ésta no se refiere solamente a la sexual, sino que existen otras modalidades como la trata de personas con fines de explotación laboral o mendicidad, por ejemplo.

La confusión que existe entre explotación sexual y la trata de personas invisibiliza otras problemáticas de la trata de personas, como el aumento de la explotación laboral, por ejemplo en Chile se han descubierto chinos que eran trasladados a las minas en condiciones terribles.

¿Esta invisibilización de la que nos habla tendrá que ver en algún sentido con el hecho de que muchas de las víctimas son del género femenino?
Las mujeres representan el 80% de las víctimas de la ESNNA, en este sentido si tendría que ver, pero a su vez se ha invisibilizado toda la trata que hay con hombres, por ejemplo un caso paraguayo que hemos trabajado en Chile, la mayoría eran hombres que trabajan en el campo.

Pero sobre todo, esta invisibilización se debe a que la situación se ha naturalizado, es decir, una víctima mujer es igual a prostituta, en otras palabras es víctima porque se lo buscó, porque le gusta. Para el común de las personas no es sorpresa encontrar víctimas de este delito porque para la sociedad esto es algo que ha sucedido siempre, hay una naturalización, más aún cuando es sexual.

Un problema central al que nos enfrentamos es que no se les reconoce como víctimas y en la medida que esto no cambie, no se les va a mirar de otra manera.

¿Cuál es el trabajo que viene desempeñado desde la ONG Raíces en Chile?
Nosotros trabajamos en principio como plan piloto del Servicio Nacional de Menores, nos pidieron hacer el trabajo de reparar el daño causado por los explotadores en las víctimas y desde el momento que iniciamos el proceso hasta la actualidad existen 16 proyectos de reparación a nivel nacional de distintas ONG´s.

El trabajo que se hace es de una recuperación total, es un proceso en el que hemos ido descubriendo nuevas cosas y en el que ya llevamos 11 años.

En Chile hemos trabajado en términos de prevención y socialización de la problemática porque creemos que hay que quebrar esa naturalización y que hay que empezar a decir que es un delito, tener relaciones pagadas o no pagadas con una persona menor de 18 es un crimen.

Hay que empezar a decirlo, sobretodo porque los que acceden a nuestros niños no son necesariamente pedófilos, los pedófilos tienen otra maña que no es la misma dinámica que con estos niños y niñas. En lo que sí coinciden con el explotador, el abusador y  el tratante, es que todos encuentran ésta como una situación natural.

¿Qué condiciones sociales permiten que se den las condiciones para la presencia de la ESNNA?
La ESNNA se centra en el patriarcado, ahí tiene sus pilares, en la compra del otro, en la mercantilización del otro. Lo que hay que reconstruir es esa forma de ver la vida. Se van de un extremo al otro (o hay una sobreprotección o un menosprecio) pero no lo pueden ver como un legítimo otro en convivencia con uno.

¿Cómo se realiza el trabajo de reparación con las sobrevivientes de este tipo explotación?
El proceso de reparación es muy lento, nosotros decimos que en menos de 3 años no es posible, primero ellas no se reconocen como víctimas, se sienten culpables y responsables, entonces hay que hacer todo ese proceso para que se visualice como víctimas, la develación cuesta, darse cuenta del verdadero enemigo.

Luego tienen que pasar a un proceso de integración para darse cuenta de que lo que han vivido no es bueno para ellas y que habían aprendido a disociar su emoción del cotidiano y de lo que hacen todos los días.

Cuando pasen ese umbral, viene el trabajo en su autonomía, pero es lento y sobre todo personalizado. Asimismo hacemos un trabajo con las familias, porque esa familia probablemente también ha vivido una violencia similar a la de la víctima.

¿Cuáles son los principales logros del trabajo realizado en Chile desde la ONG?
Creo que el mayor logro es tener a niños sobrevivientes de esta dramática situación que hoy en día han logrado retomar su vida. Lo esencial es que tienen una razón de vida y han empezado a visualizar un posible cambio, algunos de ellos ya tienen hijos, trabajo y una familia constituida.

Si bien es cierto la labor del Estado para lograr la reparación es ejemplar, aún así tenemos déficit de recursos para realizar el seguimiento de los chicos, lo que se trata de suplir con el apoyo de la empresa privada pero que no es suficiente, debido a que más allá de tener infraestructura, es necesario contar con profesionales en el acompañamiento del niño.

 

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