N° 287 LA EVIDENCIA, EL PUNTO DE PARTIDA PARA COMBATIR EL TRABAJO FORZOSO


Editorial Alternativo

El trabajo forzoso es un delito grave que vulnera la libertad de trabajo y los derechos humanos de miles de personas en el Perú y el mundo. El Estado peruano lo reconoce y, por ello, ha adoptado diversas medidas para perseguirlo. En el año 1960, el Perú ratificó el Convenio 29 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que define el trabajo forzoso como “todo trabajo o servicio exigido a un individuo bajo la amenaza de una pena cualquiera y para el cual dicho individuo no se ofrece voluntariamente”; es decir, es toda actividad que restringe la capacidad de decisión del trabajador acerca de si trabaja o no; para quién trabaja y en qué condiciones.

La ratificación de este convenio obligó al Estado peruano a reprimir penalmente este tipo de conductas. Por ello, esta modalidad de explotación ya figura en el Código Penal como un delito que atenta contra la dignidad humana (Art. 129-O) y es sancionado con penas de cárcel de entre 6 y 25 años. Sin duda, el desarrollo legal e institucional es un logro del Estado y ha permitido interesantes avances que deben destacarse. Además de la legislación, puede mencionarse la creación de la Comisión Nacional contra el Trabajo Forzoso y la aprobación de tres planes sucesivos en la materia. En la actualidad, este desarrollo está siendo complementado por el Observatorio Nacional de Trabajo Forzoso, creado por la Ley N° 31330 (propuesto y promovido con la asistencia técnica de CHS Alternativo) y la Política Nacional, que reemplazará al Plan Nacional, dándole así un mayor peso en la gestión pública.

Pese a todos estos avances, el trabajo forzoso en el Perú continúa siendo un delito invisible. Mientras el Ministerio Público apenas registra 25 casos entre los años 2017 y 2020; una encuesta realizada en 2022 por el Instituto de Estudios Peruanos (IEP), por encargo de CHS Alternativo, estima que 3.4 millones de peruanas y peruanos ha sido víctima de este delito alguna vez en su vida. ¿Cómo un delito que afecta a millones de personas pasa tan desapercibido e impune entre las multitudes?

Los factores son variados, pero quizá el más importante es la falta de generación de evidencias sobre las prácticas y dimensiones del trabajo forzoso en el Perú. La información sobre trabajo forzoso a nivel nacional es escasa; puede mencionarse investigaciones de la OIT y la generación de información del Ministerio Público. Pero estamos lejos de haber alcanzado un nivel deseable de investigaciones y análisis del fenómeno y el ecosistema en el cual se desarrolla.

Esta ha sido una preocupación de CHS Alternativo y, ante ello, en el marco del proyecto “Compromiso contra el Trabajo Forzoso”, impulsamos una serie de investigaciones periodísticas sobre este delito. En una alianza con la Unidad de Investigación del diario La República, se analizaron las condiciones laborales de los trabajadores en el sector textil; el involucramiento de personas en la explotación sexual dentro de la minería ilegal; y el reclutamiento de trabajadores para el narcotráfico en zonas fronterizas. Generamos evidencia de un delito que actúa impunemente en nuestra cotidianidad.

Estas investigaciones periodísticas fueron el punto de partida de tres estudios complementarios sobre las dimensiones cualitativas y cuantitativas del trabajo forzoso y el trabajo doméstico; y otros cuatro estudios sobre este fenómeno en las cadenas productivas del oro ilegal, la tala ilegal, el narcotráfico, la explotación sexual y su impacto en las poblaciones indígenas en Loreto. Estas investigaciones generaron información inédita y esperan colaborar con el Estado en la toma de decisiones y en la generación de políticas públicas adecuadas, pero también intentan poner en debate aspectos que deben ser deconstruidos y reinterpretados a la luz de los hallazgos.

La producción de nueva información también busca combatir un escenario de desinformación preocupante. La encuesta del IEP del 2022 estima que 13 millones de peruanos (54%) no comprenden qué es el trabajo forzoso, pese a que más de 3 millones (14%) consideran que lo sufrieron en algún momento de su vida. Si bien se trata de percepciones, las evidencias ayudan a prevenir este delito y a perseguir de manera integral a los actores que los cometen. Por ello, desde CHS Alternativo, nos comprometemos a seguir realizando investigaciones acerca de esta mala práctica en distintos puntos del país.

 

 

 

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