Del 13 al 15 de junio se desarrolló el V Congreso Latinoamericano sobre Trata y Tráfico de Personas en el campus de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), impulsado por Capital Humano y Social Alternativo (CHS Alternativo) y el Instituto de Democracia y Derechos Humanos (IDEHPUCP), miembros del Observatorio Latinoamericano sobre Trata y Tráfico de Personas (ObservaLATrata).
Tras tres días de arduo trabajo y experiencias compartidas, y con la asistencia de más de 500 participantes de 15 países de América Latina y el Caribe, el Congreso concluyó con tres ideas claves:
La primera resalta la necesidad de que los Estados latinoamericanos asuman su responsabilidad designando los presupuestos necesarios y pertinentes para la lucha contra de la trata y el tráfico de personas. Del mismo modo, deben asumir cómo enfrentar las dificultades en la implementación de sus lineamientos de trabajo contra estos delitos, así como de sus mecanismos de información y sensibilización para realizar estrategias de prevención adecuadas para los diferentes grupos de la población.
La segunda idea encuentra, como punto común entre los países participantes, la necesidad de contar con información actualizada y bases de datos confiables que permitan visibilizar la magnitud del delito de trata y tráfico de personas y sirvan de base para una adecuada planificación y toma de decisiones y, así mismo, de la urgencia que existe por desarrollar políticas públicas que garanticen el acceso a la justicia de quienes han sido víctimas.
La tercera idea, como mencionó en su discurso de clausura Andrea Querol, presidenta de CHS Alternativo, plantea que “se confirma que las víctimas no se producen solas, sino que existen factores que impulsan la explotación en nuestros países y merecen toda nuestra atención. Intuyo que estos pueden ser temas a discutir e incorporar como ámbito de reflexión en el VI Congreso Latinoamericano sobre Trata y Tráfico de Personas”. El primero se centra en el depredador, en la necesidad de reforzar las capacidades del Estado para enfrentar la corrupción y la impunidad de estos criminales.
El segundo, exige la atención y profundización de las estructuras económicas y entornos sociales que alimentan las diversas formas de explotación. Latinoamérica está conformada por países informalmente activos, tanto en lo económico como en lo social, y esto permite que se realicen estas transacciones.
“Vivimos bajo la Ley de la Selva, en un espacio donde todo tiene precio, donde la dignidad y los derechos se ofrecen al mejor postor”, afirmó Andrea Querol.
Finalmente, el tercer tema se concentra en el incesante avance de las nuevas tecnologías, que propician un entorno ideal para el abuso y la explotación, del cual aún no tenemos mucha información. Y, así recién nos enfrentemos a este nuevo fenómeno que se da a través del internet y las redes sociales, tenemos clara la necesidad de proteger a nuestras niñas, niños y adolescentes.
ObservaLATrata es una articulación amplia de actores civiles, académicos y públicos que, desde un enfoque de derechos humanos, género, generacional, movilidad humana, interculturalidad y acceso a la justicia procura la producción colectiva de conocimientos para incidir en la prevención, persecución, erradicación de la trata y tráfico de personas en el continente y la protección integral de sus víctimas mediante sus líneas investigación, formación e incidencia para las políticas públicas.
Debido a esto, durante estos tres días de trabajo, pudimos resaltar la importancia de trabajar en red y en alianza con los gobiernos de nuestros países, pues comprendemos que compartimos un objetivo común: la necesidad de empoderar a sociedad y las personas para evitar que se encuentren en situación de vulnerabilidad.
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