Las cifras de la XI DIRTEPOL de Arequipa en la investigación del delito de trata de personas, es preocupante, pues de acuerdo al Sistema RETA PNP en el año 2010, solo se registraron 7 casos por este delito. En lo que va del año 2011, no hay un solo caso de trata registrado.
Si bien sus cifras globales (28 casos, 73 víctimas), la ubican en el cuarto lugar de productividad policial, lo cierto es que al parecer la persecución de la trata de personas, parece haber salido de la agenda policial en esa región.
Por otro lado, de acuerdo a indagaciones realizadas por CHS Alternativo a través de la Veeduría Ciudadana MIRADA CIUDADANA en la Corte Superior de Justicia de Arequipa, se carece de cifras oficiales, aunque se estima que hay menos de cinco casos en proceso judicial por este delito.
No hay peor ciego que el que no quiere ver
Al parecer las autoridades tienen otra agenda de prioridades y en ese camino han dejado de lado el tema. Sin embargo, basta recorrer en la noche la variante de Uchumayo, muy cerca de la capital de Arequipa, para darse cuenta como han aumentado en los últimos años los bares y locales nocturnos en donde se ofrece abiertamente, sexo con menores de edad provenientes de las provincias de Arequipa, Puno y Cusco, entre otros.
Pero el problema de Arequipa es mayor. Se ha convertido en un lugar de origen, pues no muy lejos en la carretera de acceso a Puno, diariamente pasan adolescentes con destino a la zona minera informal de la Rinconada así como a Madre de Dios, sin ningún control por parte de las autoridades. Es además una región de paso con destino a Moquegua (Pampa Inalámbrica) y Tacna.
Así, los establecimientos informales de empleo se incrementan en el corazón de Arequipa, como las calles Dean Valdivia, Pizarro o San Camilo en el Cercado, donde se ofrece a cambio de un pequeño pago los servicios de menores de edad. Pero estas agencias de empleo sobre todo sirven como intermediarias para captar a adolescentes con destino a Madre de Dios y Puno. En estos lugares se han realizado operativos fiscales, pero no hay un trabajo sostenido. El gobierno local no fiscaliza estos establecimientos.
Se sabe que la minería informal en la región, ha generado una demanda de víctimas de trata de personas, tanto con fines sexuales como laborales. En estos lugares no hay ningún tipo de supervisión por parte de la Dirección Regional de Trabajo.
Esta última semana, Mirada Ciudadana en conjunto con la Veeduría Regional de la Trata de Personas de Arequipa, a cargo de la Coordinadora Regional de Derechos Humanos, presentó lo concerniente a la región de las publicaciones Balance de la implementación de la ley 28950, y la Percepción de la Trata de Personas en el Perú. Las conclusiones de ambas publicaciones confirman el escenario descrito:
– Los niveles de gobiernos regional y local han dejado de lado el tema, a pesar de la magnitud de ella.
– Existe un desconocimiento (81%) de la población sobre este delito, lo que la pone en evidente riesgo.
– La coordinación entre el Ministerio Público y la PNP para la persecución del delito es aún insuficiente.
– Un 77% considera que la evaluación general de la actuación de los organismos públicos ante el delito es insuficiente.
– Todos los entrevistados coinciden en que la trata de personas no es un tema de la capital del departamento, sino que está presente en toda la región Arequipa.
Arequipa preocupa, pero sobre todo preocupa la pasividad con la que las autoridades conviven con el problema. Lamentablemente esta situación no difiere mucho de otras regiones como La Libertad, Lambayeque, San Martín, Ucayali, Junín, Ayacucho, Ancash, Cajamarca, Ica, Pasco, Huánuco y Moquegua, ninguna de las cuales registra casos de Trata de Personas en el año 2010.
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