Entre 1854 (año de la abolición de la esclavitud en el Perú) y 1884 se trajeron al país cerca de 100, 000 ciudadanos chinos, enganchados con «falsas ofertas de empleo» a un país supuestamente poblados de colinas de oro, cuando en realidad eran colinas de arena.
Estos ciudadanos fueron obligados durante muchos años de su vida a extraer guano de las islas, cosechar algodón y caña de azúcar a cambio de su libertad.
156 años después, esta práctica se mantiene con mayor violencia, pues sus víctimas no son solo adultas, sino cada vez con mayor frecuencia menores de edad.
En pleno crecimiento económico, la informalidad del mercado de ofertas de empleo desborda ampliamente la capacidad del Estado para hacerle frente.
De acuerdo a las cifras oficiales del sistema de registro estadístico del delito de trata de personas y afines-RETA PNP, en 282 casos registrados, el medio más empleado para la captación de víctimas del delito de Trata de Personas fue el engaño a través de «falsas ofertas de empleo».
Bajo esta modalidad, muchos seres humanos, especialmente mujeres, niños, niñas y adolescentes, han terminado en una situación de Trata de Personas.Generalmente, no sólo no se remunera el trabajo de las personas captadas a través de avisos engañosos, si no que se incumplen las promesas ofrecidas que sólo sirven de «enganche», aprovechando sus condiciones de vulnerabilidad, para así facilitar su traslado y posterior explotación mediante la privación de su libertad.
Ofertas laborales como «Necesitamos: Jóvenes provincianos sin experiencia entre 15 y 19 años para realizar labores de recepcionista-azafata-mozos-cuarteleros. Muchachos cama adentro/ afuera, pagos semanales + alojamiento: 600.00 soles», son cada vez más frecuentes y son difundidas en paneles, paredes, postes de luz, ferias, radio e incluso a través de agencias de empleo informales a nivel nacional.
Colocar una de estas falsas ofertas, puede costar entre S/.2.5 y S/.5 en algunos casos. Incluso algunos medios de comunicación del interior del país, difunden estas ofertas sin darse cuenta de lo que realmente significan.
En este contexto cabe preguntarse ¿qué acciones está implementando el sector trabajo para verificar el cumplimiento de normas laborales o constatar situaciones de explotación?
Si bien el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo creó en el año 2003 el Registro Nacional de Agencias Privadas de Empleo -RENAPE (Decreto Supremo No.005-2003-TR), no es novedad que en nuestro país existan aún agencias informales de empleo operando como fachadas para la captación de personas que serán finalmente sometidas a prácticas esclavistas.
Es evidente que en este campo domina la informalidad. Según el Ministerio de Trabajo, a nivel nacional, existen 133 agencias privadas de empleo que cuentan con registro vigente en el RENAPE. En Lima se han fiscalizado 74 y de éstas sólo 8 han recibido una sanción.
Es necesario que el MINTRA, a través de los inspectores laborales, redoble esfuerzos en la fiscalización de agencias de empleo con el fin de verificar si están desarrollando funciones al amparo de la ley.
Los gobiernos locales no quedan ajenos al problema, pues en su ámbito se encuentran las ferias, paneles, los terrapuertos donde al bajar las jóvenes son captadas, e incluso las propias agencias informales. Sería importante que consideren como requisito para la apertura de una agencia de empleo la previa inscripción en el Sector Trabajo.
Sin embargo el registro es insuficiente sino no se fiscaliza, pero sobre todo si no se informa a la población de una realidad que está presente en una de las mayores aspiraciones del ser humano, vale decir el trabajo.
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