Red: «Tejido hecho con hilos o cuerdas trenzados en forma de mallas, y convenientemente dispuesto para cazar, cercar y sujetar». Esta es la primera definición que la Real Academia Española ofrece sobre el término, y fue también la idea con la que nació la Red Mirada Ciudadana hace ya casi cuatro años: ser una agrupación de ONG s, universidades y medios de comunicación que, repartidos por todo el país, monitorease la situación de las víctimas de trata y hacer un llamado a las autoridades.
Una labor, además, que no era solo de denuncia sino también de participación, sea proponiendo alternativas o realizando investigaciones de campo.
Una red que servía para filtrar lo malo y, a la vez, rescatar lo bueno.
Desde el 2008, Mirada Ciudadana -o la Veeduría Regional, como también se le conoce- funciona en diez importantes lugares del país: Arequipa, Cajamarca, Cusco, Junín, Lambayeque, Loreto, Piura, Madre de Dios, Huánuco y Lima. En algún momento, en todas ellas se logró proponer mesas de trabajo con interesantes resultados.
Estos fueron, en principio, que el tema de la trata de personas se hiciera más conocido en las regiones. Y en segundo lugar, que se descentralizaran las políticas públicas. Es decir, se generasen las suficientes condiciones y compromiso para que los gobiernos regionales y locales de todo el país combatiesen la trata de personas dentro de sus instancias: allí donde, al final de cuentas, se presenta el problema real.
Hoy se demuestra que estas iniciativas no pasaron en vano, cuando el Estado acaba de reconocer la necesidad de luchar contra este delito y ha propuesto, recientemente, el Plan Nacional de Acción Contra la Trata de Personas (PNAT).
Más aún, también habría que mencionar estos logros recientes: hace una semana se organizó una Mesa de Trabajo Regional en Piura. Allí no solo se presentó la última publicación de CHS Alternativo, «El Proceso Penal Peruano en el Delito de Trata de Personas: 14 casos en Lima y Loreto», sino que también se habló sobre el caso emblemático de Jhinna Pinchi: la joven que fue explotada sexualmente en la ciudad norteña y que es la primera víctima en la historia peruana en ingresar a un sistema de protección por parte del Estado, mientras que su tratante es procesado judicialmente.
Aparte también cabe mencionarse la Mesa de Trabajo Regional de Cajamarca del año 2010, a consecuencia de un debate público organizado por CHS Alternativo y la Defensoría del Pueblo. Y lo mismo se espera hacer en las próximas semanas en Arequipa, Huánuco y Loreto.
Siguiendo esta lógica, no hace mucho se instaló una Mesa Inter-Institucional de Lucha Contra la Trata de Personas en la región Junín. A raíz de ello también surgió otra mesa de trabajo -de carácter municipal- en Satipo-Pichanaki. ¿Por qué allí? Por la situación que se vive en la zona y que se podrá leer en la entrevista de esta edición.
Finalmente, diseñadas ya las políticas públicas destinadas a combatir la trata, nuestro compromiso se mantiene: seguir siendo veedores a través de la Red y, de paso, conseguir que los medios de comunicación sigan interesándose por el tema y lo mantengan en agenda. El concurso periodístico 2011 que impulsamos -y cuya premiación se realizará este martes 29 al mediodía en el Centro Cultural CCori Wasi de Lima- fue una de esas exitosas iniciativas que deberían servir de ejemplo: como ejemplo de buenas prácticas sociales.
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