En la última semana, importantes medios de comunicación, locales y regionales, han dado una amplia cobertura al delito de la trata de personas en el Perú. Igualmente se han preocupado por poner en la agenda pública, el problema de los menores desaparecidos, del trabajo infantil, la explotación laboral, la prostitución, la explotación sexual clandestina y la explotación sexual de menores en el ámbito del turismo.
Prensa desnuda deficiencias del Estado
Nos parece vital que finalmente estos temas se aborden, se abran a la agenda pública y sean precisados aquellos sectores responsables que aún no actúan con suficiente firmeza para ya sea prevenir (Educación, Salud) y perseguir (MININTER, Ministerio Público, Poder Judicial) este delito, o, atender y proteger debidamente a las víctimas que se logran liberar (MIMDES, Ministerio de Justicia, Ministerio Público, Salud). Unos más que otros, hacen esfuerzos por cumplir con la norma.
En el Segundo Balance de la Implementación de la Ley 28950 recientemente publicado, CHS Alternativo reporta los avances y denuncia las falencias del Estado en los distintos niveles, aunque algunos sectores desde el 2010 han iniciado acciones, otros siguen sin actuar, o considerando que sus sectores no tienen nada que ver en el tema.
Aun hay mucho por hacer y la tendencia en el 2010 ha sido principalmente la de realizar acciones de prevención, sobretodo talleres y capacitaciones dirigidas a funcionarios públicos y a la comunidad.
Falta sensibilizar a la población vulnerable, realizar campañas informativas que verdaderamente prevengan en las zonas de captación que las potenciales víctimas sean engañadas, y que ofrezcan alternativas de intervención y protección en las zonas de explotación. Campañas que además deben ser hechas en quechua, aymara u otros idiomas nativos, de ser posible.
Falta más control de carreteras y en las fronteras. Falta que los operativos policiales y de la fiscalía no sean reactivos, sino que respondan a investigaciones profundas y sostenidas para realmente detener a las cabezas de las redes de tratantes y no solo a los del final de la cadena.
Falta que no solo la PNP y/o la fiscalía reciban las denuncias, sino que las registren e investiguen debidamente para dar cuenta del accionar de los tratantes. Un RETA (sistema oficial de la PNP para el registro de la denuncia y la investigación de casos de trata de personas y delitos afines) con menos ingresos en el 2010 que en el 2009 refleja una falta de visión para valorar la información cualitativa sobre el delito.
Falta que se procese debidamente a los tratantes y se sentencie a los mismos.
Falta que se compense de acuerdo a ley a las víctimas y que éstas reciban la protección, atención, consideración, y respeto debidos, por parte de las autoridades.
Esta es tan sólo una lista cortísima de carencias o debilidades. Queremos llamar la atención sobre el hecho que siendo todos fenómenos que se encuentran estrechamente vinculados, son también problemas que responden a una ausencia de políticas sociales de protección a los menores y a las personas vulnerables.
La voluntad política debe guardar también coherencia con aquello que determinan las leyes y las obligaciones que de ellas se derivan. Así por ejemplo, no se pueden dar señales equivocadas o de debilidad frente a los tratantes, como podría ser el debilitamiento operativo y logístico de la policía.
LA DIVINTRAP es la División policial especializada en la persecución de la trata de personas. Hasta el año pasado había logrado reunir a 35 efectivos, entre oficiales y sub oficiales, que ya se encontraban capacitados y entrenados para combatir este delito complejo. Con pocos medios realizaron operativos y coordinaron con diversas organizaciones del Estado y de la sociedad civil para la protección y atención de las víctimas rescatadas.
Sin embargo, la DIVINTRAP enfrenta el 2011 con 15 efectivos para desarrollar sus acciones a nivel nacional. Suponemos que esta situación es tan sólo temporal, mientras se terminan de procesar los cambios, traslados y rotaciones, y que pronto la unidad será fortalecida. Sin embargo, tomará tiempo para que el nuevo personal adquiera experiencia y conocimientos, mientras que el personal que tanto esfuerzo tomó especializar, se dedicará a otro tipo de labores.
Ahora que se van conociendo mejor los mecanismos de captación, las rutas utilizadas por los tratantes, que se tienen las herramientas para investigar y conocer el modus operandi de las redes de trata, que hay mas conocimiento por parte de la población sobre los riesgos y los factores de prevención, no se puede bajar la guardia, ni, repetimos, dar señales equivocadas al crimen organizado.
No nos podemos seguir sorprendiendo ante los hechos que nos presenta la prensa , sino más bien debemos indignarnos y exigir , como sociedad civil, que se actúe con más decisión política, y que se aplique la norma ya existente para sentenciar a los traficantes y proteger a la población vulnerable , además de atender debidamente a las víctimas rescatadas.
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