En el Perú el delito de trata de personas afecta desproporcionadamente a las mujeres, según reportes del sistema SISTRA del Ministerio Público, 9 de cada 10 víctimas de este delito, entre julio del 2015 y julio del 2016, fueron mujeres.
A pesar de esta estadística, el problema no es percibido como un problema de género por nuestra sociedad. Una evidencia de este hecho es la gran indiferencia y estigma que existe con respecto a las víctimas de trata de personas que muchas veces son descalificadas y revictimizadas, confundiéndolas con trabajadoras sexuales (que a su vez son sujeto de discriminación y maltrato). Estos estigmas contribuyen a que la población en general y los decisores de políticas en particular, muestren poco o ningún interés por el tema. Si a las autoridades que todos los años definen su presupuesto para atender los temas que consideran prioritarios y urgentes, les alarmara que el 90 por ciento de las mujeres adultas que denunciaron ser víctimas de trata de personas, no recibieron atención y protección alguna de parte del Estado entre el 2015 y el 2016, probablemente no hubiéramos visto los fondos destinados para esta lucha reducirse a la mitad de un año otro.
La trata de personas es un problema de género, y grave. Evidencia el poco valor que muchas veces le asigna la sociedad y la familia a la mujer, que al verse enfrentada a situaciones de dificultades económicas, pobreza o falta de oportunidades, en su búsqueda de soluciones, se ve envuelta en situaciones de riesgo que la pueden llevar a la trata de personas.
La evidente falta de reconocimiento de los derechos de la mujer, lleva a que muchas víctimas no logren identificarse a sí mismas como tales, dejando de denunciar los abusos que se cometen contra ellas. Uno de los principales argumentos de los tratantes cuando les llega la hora de defenderse en un juicio es, que las mujeres se encuentran ahí (encerradas y en situación de explotación) por su propia voluntad. Y nosotros nos preguntamos ¿cómo puede tener libre determinación una persona que ha sido despojada de su dignidad, es rechazada por la sociedad y muchas veces es culpada por la situación de explotación en la que se encuentra por parte de las autoridades que deberían resguardarla?
En el día de la No Violencia Contra la mujer, CHS Alternativo quiere expresar un clamor a nombre de todas esas víctimas mujeres que aún se encuentra en situación de explotación. Un reclamo al Estado para que haga por ellas lo que debe: garantizar el respeto de sus derechos humanos. Y un reclamo a la sociedad por sus repetidas muestras de indolencia, por resistirse a dejar de lucrar con la libertad del otro, por no querer reconocer su rol permisivo ante el maltrato que sufren las mujeres en nuestra sociedad.
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