La pobreza, las actividades económicas formales e informales y la explotación infantil se relacionan entre sí, sobre todo en países como el nuestro, donde la corrupción, sobre todo de los gobiernos regionales y locales, se convierte en un acelerador de esta problemática.
El 23% (7 millones) de peruanos viven con menos de 3 dólares al día y de ellos, el 4.4% (1millón 325 mil) viven con menos de 1.5 dólares por día. De este grupo de personas en condición de pobreza, más del 50% son niños.
Estas condiciones mencionadas, permiten que industrias como la minera, ladrillera; sectores como el agropecuario; o prácticas como el reciclaje y trabajo doméstico, se aprovechen de patrones culturales que muchas familias en el Perú, sobre todo rurales y amazónicas tienen al aceptar que los hijos sean parte de la dinámica productiva familiar, imponiendo a las niñas, niños y adolescentes (NNA) trabajos peligrosos que ponen en riesgo su integridad, salud y escolaridad.
Tal como señala la OIT, las consecuencias psicológicas, sociales e intelectuales que el trabajo peligroso produce en las niñas, niños y adolescentes no ha recibido la atención necesaria de las autoridades, se asume fácilmente que si las NNA no se quejan es porque están bien, sin embargo no se considera, que por su corta edad, suelen callar a causa del temor al castigo verbal o físico, a la pérdida del trabajo o a ser percibidos como incapaces, volviéndolos más vulnerables a toda clase de explotación.
Desde el Estado, la lucha contra este delito se plantea a través de políticas marcadas por el Plan Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil 2005 – 2010, y la Estrategia Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil 2012 – 2021, las mismas que reflejan una disminución sobre la situación planteada; en el 2001, según la ENAHO habían 1’987.000 NNA entre 6 y 17 años en situación de trabajo infantil y en el 2011 la misma encuesta indica que hay 1650.000 NNA viviendo en estas condiciones.
Además de acuerdo al monitoreo de medios realizado por CHS Alternativo, entre enero y octubre de este año, se han rescatado a 191 víctimas de trabajo infantil a través de acciones de la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (SUNAFIL).
Consideramos que si bien existe una reducción en el número de niños realizando trabajo infantil este problema no podrá erradicarse sin considerar: una estrategia real que apunte a la disminución de la pobreza y a mejorar la oferta de empleo adulto; políticas efectivas que sancionen este delito abordando los aspectos estructurales que la producen; y una reducción de la tolerancia social al trabajo infantil a través de una permanente vigilancia desde la ciudadanía.
- INEI 2015. Evolución de la pobreza monetaria 2009-2014.
- Niños en trabajos peligrosos: Lo que sabemos, lo que debemos hacer. Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC) – Ginebra, Oficina Internacional del Trabajo, 2011.
- ¿Qué pasa en las regiones? La Trata de Personas: similitudes y divergencias. Capital Humano y Social Alternativo, 2014.
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