Entrevista a Marcos Mario Bubniak, Coordinador Pastoral Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal Peruana.
¿Nos puede brindar una situación general sobre la movilidad humana en el país?
En el Perú son más de 3 millones de peruanos que se encuentran en el extranjero además de la migración interna, donde las personas de las provincias viajan a la capital además de otras ciudades. Lo que se busca es sensibilizar desde la iglesia para que las personas estén al tanto buscando a que acojan a los emigrantes y los ayuden en sus necesidades más urgentes
¿Por qué es importante estar atentos a las situaciones de movilidad humana?
La iglesia tiene como principio el tema el de la acogida, pues se vela por que una persona que llega al país, que tiene diferentes costumbres, diferente idioma, sumado a su necesidad de ser atendida o acompañada, pero sobre todo se le oriente con el fin de resguardar sus derechos humanos.
En situaciones de movilidad se observa el delito de trata de personas además de tráfico ilícito de emigrantes ¿Qué condiciones se generan en torno a estos casos?
La Pastoral de la Movilidad Humana tiene como principio acompañar a los extranjeros, a los que están en un país extraño (inmigrantes), la migración interna, a los emigrantes (aquellos que parten de su ciudad de origen), además el apostolado de mar que ayuda a los pescadores, los marinos que también pertenecen a este ámbito, el pastoral del turismo en donde también se trabaja teniendo dentro de este rubro a los refugiados y a la vez están incluidos aquellos que sido víctimas de la trata y tráfico de inmigrantes por lo que es fundamental tener en cuenta los beneficios que se les da, sensibilizar a las personas sobre el drama han pasado estas personas, dar a conocer su caso.
En el trabajo que realizan ¿se han cercado a las fronteras?
La cercanía que tenemos es muy fuerte, principalmente con la frontera con Chile (frontera sur, Tacna y Arica) pues en Tacna hay un lugar de atención cerca al terminal terrestre en donde hay un delegado. Otro lugar que también tiene un centro de atención es el norte (frontera con Ecuador), nos basamos en los encuentros binacionales donde se no se ha hecho un trabajo muy exhaustivo. En el límite de oriente en donde sólo se ha hecho capacitaciones para los agentes, pero lo que se quiere es reforzar la frontera que limita con Puerto Maldonado y enfatizar la frontera con Colombia y Brasil en donde se ve como zona vulnerable la trata y el tráfico es muy latente.
¿Qué particularidades se han observado en estas zonas?
El problema social es fuerte y sobre todo lo que se ha observado desde la Pastoral. En la dirección de norte a sur hay personas que llegan a diversos lugares buscando mejorar su calidad de vida y se topan, o son propensas, a ser captadas por personas que buscan lucrar con su necesidad. Debido a esto hemos visto casos de tráfico de colombianos, haitianos que buscan llegar a Chile, Argentina o Brasil y son aprovechados por los llamados coyotes que los trasladan.
¿A nivel Latinoamérica en qué otros lugares se observa esta problemática?
El lugar donde se ha visto más casos es en la parte de América Latina central. Pero siempre en toda frontera se van a dar casos como este.
En el Perú las situaciones de trata de personas es asociada a la ausencia del Estado ¿esto también ocurre en América Central?
Sí, desde nuestros centros pastorales principalmente resguardamos la seguridad de las personas, hay atención con casas de acogida y acompañamiento. La ausencia del Estado es algo increíble.
Háblenos de la campaña Compartir que están realizando
La campaña Compartir se hace todos los años y es por iniciativa de la Iglesia Católica. De acuerdo a las estadísticas hemos visto por conveniente hablar sobre el tema de trata, con estas acciones buscamos sensibilizar a la población.
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